Miami-Dade, Broward y Palm Beach, los tres condados del sureste de Florida no incluidos en la primera fase del plan de reapertura, siguen teniendo los peores números: 12.956 casos y 378 muertes el primero, 5.249 y 208 el segundo y 3.250 y 196 el tercero.
En el resto del estado hoy empezó la salida del confinamiento, con restaurantes y tiendas abiertas al 25 % de su capacidad, los servicios médicos funcionando normalmente y playas, parques y otros espacios públicos listos para el esparcimiento de los floridanos.
Salvo bares, clubes nocturnos, cines, gimnasios y peluquerías, barberías, centros de manicura y de otros servicios personales, pueden abrir sus puertas todos los negocios de los 64 condados incluidos en la fase uno.
Las escuelas, colegios y universidades siguen cerrados.
LAS PLAYAS, UN IMÁN PARA LOS HASTA AYER CONFINADOS
En Naples, una ciudad turística situada en el suroeste de Florida y considerada según los datos del censo de 2010 la sexta con mayor renta por cabeza del país (61.141 dólares), los comerciantes fueron mucho más tímidos en la reapertura que los particulares en reconquistar las playas.
Muchos centros comerciales permanecían cerrados y los pocos locales abiertos eran cafeterías y restaurantes.
“No creo que sea posible que cubramos todos nuestros costos pero vamos a hacer todo lo que podamos”, dijo a Efe Karen Haupt, la dueña de la cafetería Monkey Bread Factory, situada en Tin City, un pequeño centro comercial de Naples.
A su juicio, es “el momento adecuado para abrir”. “Aquí en el condado Collier y en Naples creo que estamos listos, hemos pasado la curva (de contagios) y estamos listos para movernos hacia delante”, añadió.
Naples y su vecina Marco Island tienen una población flotante de ricos propietarios de mansiones principalmente llegados del norte de EE.UU. y en menor proporción del extranjero y además reciben visitantes de alto nivel que se alojan en lujosos “resorts”.
Estos últimos brillan por su ausencia en los tiempos del COVID-19, pues al turismo, la locomotora económica de Florida, no le ha llegado todavía el turno en la reapertura, que tiene como objetivo reactivar una economía muy tocada por el COVID-19.
CAMBIOS A LA HORA DE COMPRAR
Laureen Baum, que lleva viviendo en Florida 25 años, se mostró sorprendida de los escasos negocios abiertos en Naples y opinó que “tomará un poco más de tiempo” volver a la normalidad.
“La actitud de la gente en cuanto a las compras cambiará durante un tiempo, Están pensando más en artículos para la supervivencia como comida, gasolina, el alquiler, las facturas normales, y no productos que compraríamos sin pensar”.
Las playas de la zona, eso sí, estaban rebosantes de gente deseosa de aprovechar un espectacular día de primavera.
En Bonita y Sanibel, dos playas de postal, poca gente respetaba la distancia de 1,82 metros con otras personas, pero no se veían grupos de más de 10 personas, según pudo constatar Efe.
Dolly Martínez y su familia viajaron hasta Sanibel desde Miami para poder disfrutar de la playa después de dos meses encerrados.
Aunque piensa que es un poco “pronto” para reabrir la economía, Martínez no ve mal “la reapertura de las playas “si se respetan las medidas de seguridad y estás alejado de las personas”.
Aunque en algunos puntos concretos del norte del estado las playas habían abierto ya hace semanas, en la inmensa mayoría del resto del territorio floridano permanecían cerradas hasta hoy y así siguen las más famosas de toda Florida: las de Miami Beach, en Miami-Dade.
EL DESEMPLEO, UN EFECTO COLATERAL
El condado de Miami-Dade no solo es el más impactado por el coronavirus de toda Florida, también es un foco del desempleo provocado por la paralización de la actividad económica.
En dos de sus ciudades, Miami y Hialeah, las autoridades locales van a otorgar a partir de hoy ayudas para que los desempleados puedan pagar la renta de sus viviendas y los servicios públicos.
Desde marzo se han presentado 1.025.657 solicitudes de subsidio de desempleo en Florida, de las que el Departamento de Oportunidades de Empleo (DEO), que ha sido objeto de numerosas críticas y hasta una demanda judicial por la lentitud y mal funcionamiento de la página web para reclamar ese beneficio, ha tramitado solo un 44,1 %.
Los sectores más afectados, según DEO, son hoteles y restaurantes (115.313 solicitudes), otros sin detallar (94.523), trabajos administrativos (49.403) y ventas al por menor (41.364). EFE