Los vientos máximos sostenidos de Nate alcanzaban los 65 kilómetros por hora (40 millas por hora) el jueves por la tarde, y se vaticina que cobrarán fuerza
En Nicaragua, la tormenta llega después de dos semanas de lluvias constantes que han dejado el suelo saturado y los ríos crecidos. Las autoridades han declarado alerta para todo el país y han advertido sobre posibles inundaciones y deslizamientos.
La vicepresidenta Rosario Murillo informó de 15 decesos, pero no dio detalles. Dijo que dos mujeres y un hombre que trabajaban para el Ministerio de Salud fueron arrastrados por las aguas en la municipalidad de Juigalpa, en el centro del país.
El gobierno cerró todas las escuelas.
Por otro lado, el Organismo de Investigación Judicial de Costa Rica señaló que siete personas murieron en el país debido a la tormenta y que 15 más están desaparecidas. Cinco mil residentes tuvieron que recurrir a albergues de emergencia debido a las inundaciones.
En Luisiana, las autoridades ordenaron la evacuación de parte del municipio St. Bernard al este de Nueva Orleans antes de que llegue la tormenta. Horas antes se solicitó un desalojo voluntario en Grand Isle, un poblado ubicado en una isla al sur de Nueva Orleans.
Las autoridades Nueva Orleans esbozaron los pasos para reforzar el sistema de bombeo y drenaje. Durante las inundaciones de mediados de año se detectaron vulnerabilidades en ese sistema.
Nate se ubica a unos 65 kilómetros (40 millas) al oeste-suroeste de Puerto Lempira, Honduras, y se dirige hacia el nor-noroeste a unos 17 kph (10 mph). El trayecto pronosticado muestra que podría tocar el extremo nororiental de la península de Yucatán el viernes por la noche y luego golpear la costa estadounidense del Golfo de México, ya convertido en huracán, el domingo en la mañana.
Los meteorólogos indicaron que el viernes por la noche podría haber condiciones de huracán en México.