Contaminar la escena del crimen, donde se recaban las pruebas, puede provocar que los delitos queden impunes
Los últimos hechos sangrientos en el país han reflejado las debilidades en las tareas investigativas a cargo de las autoridades.
Las escenas del crimen son contaminadas debido a las vulneraciones de los procedimientos. Es un problema que dificulta la recolección de las evidencias físicas que sirvan para procesar al acusado de algún hecho y dictarse una sentencia en su contra. Un fallo en el protocolo puede ocasionar que el crimen quede impune.
Un ejemplo reciente es el caso del joven Jesús Cuevas, cuyo cuerpo fue encontrado desmembrado dentro de un tanque en la casa de un hombre con el que tenía vínculos comerciales.
Tras agentes policiales apresar a Francisco Javier García Quezada (Anthony), acusado del hecho, y sacar el contenedor donde permaneció por un mes el cadáver de Cuevas, la casa del imputado quedó abierta y sin custodia policial.
Allí entró todo el que quiso, y esto quedó evidenciado en las imágenes que captaron los periodistas que ingresaron a la escena del crimen.
Mayoría de las escenas del crimen son contaminadas
Este problema es mayor de lo que se piensa. Los datos que maneja Rafael Román, director del Instituto de Criminología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), dan cuenta de que alrededor del 95 % de las escenas del crimen son contaminadas, muchas veces por los propios agentes policiales.
La normativa procesal penal es clara en establecer que los fiscales y policías deben custodiar el lugar del hecho y comprobar. Se debe hacer mediante la inspección del lugar y de las cosas, los rastros y otros efectos materiales que sean el resultado del hecho punible.
Al ser consultado por elCaribe, Román indicó que estas situaciones se dan por la falta de educación de la ciudadanía que entra a las escenas del crimen. Como también la poca formación de los policías comunes que también puede contaminar el lugar.
“Pero además de los curiosos, también están los policías comunes, que no tiene esa formación para proteger la escena. Y lo que hacen es que mínimamente la reguardan y por la debilidad existente. También tiene la posibilidad de penetrar a la escena y en ocasiones hasta tocar y tomar algunas cosas”, precisó.
Crímenes pueden quedar impunes
La consecuencia de que se rompa la cadena de custodia de las pruebas que se podrían recolectar del lugar de los hechos, explicó el también catedrático, es que fácilmente estos sucesos pueden quedar impunes por falta de evidencias.
“El Código Procesal Penal establece muy claro cómo deben ser obtenidas las pruebas, la legalidad. Y si las pruebas no ha contado con la cadena de custodia que se sigue para resguardar una prueba, aunque la persona se sepa que es el responsable del crimen, no se le podrá imputar ni condenar. En consecuencia ese crimen quedaría impune”, destacó.
Román sostuvo que en muchas ocasiones, la policía científica, que es la encargada de levantamiento de las evidencias, cuando llega al lugar de los hechos, se encuentran con que hay cosas que han sido movidas de lugar. Los mismo pasa con los médicos legistas que se percatan de que el cadáver fue removido de un lado a otro.
Es por esto, que precisa que la escena del crimen debe ser celosamente cuidada. Sobre el caso del joven Jesús Cuevas, el especialista precisó que hay no solo tuvo que tomarse en cuenta el tanque donde fue encontrado, sino que además, debió resguardarse la casa por completo ya que hay otros lugares donde se puede obtener pruebas.
“Entonces las otras áreas son las que contienen justamente las evidencia necesarias para comprometer la responsabilidad de esta persona porque un tanque lleno de sustancia no siempre se localizan evidencias, a menos que un cabello, lo más que se podría localizar”, dijo.
Hechos similares de escenas del crimen
Se trata del caso de Víctor Alexander Portorreal Mendoza, alias Chamán Chacra, sentenciado a 30 años de prisión por el asesinato de su pareja Reyna Isabel Encarnación y los tres hijos de esta, de 6, 9 y 10 años, a quien también violaba.
El caso del joven Jesús Cuevas, no fue el único de este tipo donde la escena del crimen carecía de un cerco e ingresaron personas ajenas a la investigación. Lo mismo sucedió cuando en febrero del 2018, se encontraron los cadáveres de una madre y sus tres hijos dentro de la casa en la que vivían con su verdugo, quien posteriormente fue condenado por el hecho.
Los cadáveres de las víctimas fueron encontrados tras los vecinos llamar a la Policía producto del mal olor que emanaban al estar descomponiéndose.
Por igual, esta escena del crimen fue dejada sin custodia, por lo que los curiosos pudieron entrar a la casa como también periodistas que describieron el lugar.
Por situaciones como estas es que, Román precisa que desde el Instituto de Criminología, que está adscrito a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la UASD, es que tratan de educar y de orientar a la ciudadana la importancia de respetar a la persona víctima de un hecho, los procesos y las escenas del crimen.
Cuando se toman objetos de la escena del crimen
Otra situación donde se vulneró el protocolo, sucedió en octubre pasado cuando un agente policial requisó los bolsos de Ana Francisca Gómez Andújar, quien fue muerta a tiros por dos hombres que se desplazaban en una motocicleta en Santiago.
En un video que circuló por las redes sociales, se visualizó al sargento Sergio Lantigua sacar, sin usar guantes, las pertenencias de la occisa dentro de lo que parecía ser una banca de lotería y ante la mirada de personas.
Por esto hecho, la Policía Nacional suspendió al agente al contaminar las pertenencias que podrían ser utilizadas como pruebas en la investigación. La institución indicó que la suspensión también se produjo ya que según la ley de la Policía, el organismo correspondiente para el levantamiento de evidencia es la policía científica.
Sobre estas situaciones, el catedrático en criminología destacó que hace falta formación de los policías comunes.