Sector del desierto cerca de Azraq donde se planea construir una nueva ciudad que ayudaría a aliviar las presiones sobre Amán, la capital de Jordania que crece a un ritmo desenfrenado. Foto deI 27 de noviembre del 2017. (AP Photo/Sam McNeil)
Sector del desierto cerca de Azraq donde se planea construir una nueva ciudad que ayudaría a aliviar las presiones sobre Amán, la capital de Jordania que crece a un ritmo desenfrenado. Foto deI 27 de noviembre del 2017. (AP Photo/Sam McNeil)

MADOUNEH, Jordania— Una nueva ciudad a ser construida en el desierto de Jordania en las próximas tres décadas podría rivalizar con la caótica capital del reino, Amán, una urbe de 4.000.000 de habitantes cada vez más difícil de manejar.

Al anunciar un proyecto que se ofrece como una utopía de alta tecnología, Jordania se unió a otras naciones del Medio Oriente que invierten fortunas en ambiciosos proyectos en la esperanza de atraer inversiones que permitan resolver los problemas económicos.Algunos planificadores urbanos, no obstante, advierten que las “ciudades construidas de cero” son iniciativas riesgosas y que es más aconsejable mejorar las ya existentes.

El gobierno jordano dice que la nueva ciudad, que todavía no tiene nombre, aliviará las presiones sobre Amán, su sobrepoblación y sus congestionamientos de tráfico, ofrecerá viviendas a la clase media y apuntalará una economía en la que abunda el desempleo.

Las autoridades han ofrecido poca información desde que el primer ministro mencionó la iniciativa por primera vez, como al pasar, en un encuentro con periodistas locales a fines de octubre.

El secreto que rodea el proyecto ha generado críticas.

Pocos jordanos se muestran entusiasmados con la iniciativa a pesar de que los residentes de Amán viven quejándose del tráfico. Hay quienes dicen que la nueva ciudad está pensada para beneficio de los ricos, algo que las autoridades niegan.

Esta semana el alcalde de Amán Yousef Shawarbeh dijo que “todavía no se estudió a fondo” el proyecto. “Cuando se terminen los estudios, anunciaremos los planes”.

Shawarbeh aseguró que el gobierno no ignorará las necesidades de Amán al enfocarse en el nuevo proyecto. “La nueva ciudad no es una nueva Amán”, sostuvo. Por el contrario, el objetivo es aliviar la pesada carga que tiene la capital.

Amán es una ciudad relativamente nueva, de un siglo, en la que vive el 40% de los 9.500.000 de habitantes de Jordania.

A casi todas las horas del día el tráfico es como el de las horas pico y el crecimiento de la ciudad está acabando con los espacios verdes. Las colinas y valles a su alrededor se están llenando de edificios residenciales.

El rápido crecimiento es alimentado en parte por la llegada de millones de refugiados palestinos, sirios e iraquíes en los últimos años.

Responde también al desplazamiento de la gente del interior, de las zonas rurales, a las ciudades en busca de mejores oportunidades de trabajo. Hacia el 2050, más de dos tercios de los 646 millones de habitantes que tendrá la región para entonces vivirán en ciudades, comparado con el 56% de los 357 millones de habitantes del 2010, según proyecciones de las Naciones Unidas.

En las últimas dos décadas se anunció la construcción de unas dos docenas de ciudades nuevas en el Medio Oriente, pero la mitad de ellas existen solo en portales digitales, según Sarah Moser, profesora de geografía urbana de la Universidad McGill de Montreal.

Señaló que los impulsores de esos proyectos a menudo subestiman los desafíos que implican, incluida la financiación de iniciativas muy costosas y el reclutamiento de personal capacitado.

“Les recomendaría que se manejen con cautela”, dijo Moser.

La construcción de una nueva capital egipcia está demorada por un cambio de contratistas. Pero el presidente Abdel-Fattah el-Sissi está decidido a seguir adelante y espera poder gobernar desde allí a partir del 2019, haciendo a un lado a El Cairo, la ciudad más grande del mundo árabe.

Varias iniciativas de este tipo han prosperado en tiempos recientes, incluidas la Ciudad Económica Rey Abdula de Arabia Saudita, Modiin en Israel y Rawabi en los territorios palestinos.

La nueva urbe jordana será construida unos 30 kilómetros (19 millas) al este de Amán, en un llano desolado del desierto, junto a rutas que llevan a Arabia Saudita, Irak y un aeropuerto a ser construido. Será financiada con capitales públicos y privados.

Las autoridades no han dado demasiados detalles de la nueva ciudad, limitándose a decir que será una “ciudad inteligente” que usará energía renovable y tendrá una buena red de transporte público. Ocupará 390 kilómetros cuadrados (150 millas cuadradas).

La primera etapa se completaría para el 2030 y la totalidad del proyecto hacia el 2050. Por ahora no se habla de qué población tendrá. Pero se dice que muchas dependencias del gobierno e instituciones públicas se trasladarán allí.

Durante una visita de la semana pasada, la zona en cuestión estaba básicamente desierta, excepto por algún camión que pasaba.

El objetivo es aliviar la sobrepoblación de Amán y de Zarqa, una urbe de 1.300.000 residentes habitada mayormente por gente de bajos recursos. Las dos ciudades se están acercando y se espera que para el 2050 constituyan una sola, con 10 millones de habitantes.

Hay quienes dicen que la nueva ciudad se llevará todos los fondos disponibles e impedirá mejoras en las ya existentes.

“Deberíamos desarrollar nuestras ciudades, no construir otra”, sostuvo Maram Tawill, profesor de planificación urbana de la Universidad Alemano-jordana de Amán.

Agregó que es necesario tomar medidas porque si Amán sigue creciendo al desenfrenado ritmo actual, llegará un momento en que “será imposible vivir aquí”.

Posted in Internacionales, PanoramaEtiquetas

Más de panorama

Más leídas de panorama

Las Más leídas