ESCUCHA ESTA NOTICIA
|
Agencias;- El día antes de morir, en su último discurso público, el papa Francisco transmitió un mensaje de unidad en el Domingo de Pascua e hizo un llamado a favor de los marginados y los migrantes. “Todos nosotros”, proclamó, “somos hijos de Dios”.
En un mensaje radicalmente diferente, Donald Trump publicó ese mismo día un post lleno de insultos en el que deseaba una feliz Pascua a sus adversarios, incluidos “lunáticos de la izquierda radical”, “jueces y funcionarios policiales DÉBILES e INEFICACES”, y al expresidente Joe Biden, “nuestro PEOR y más incompetente presidente“.
Algunas de las diferencias fundamentales entre el presidente de Estados Unidos y el difunto pontífice no solo sus estilos divergentes, sino también sus posturas sobre migración, medio ambiente y pobreza se harán más evidentes cuando Trump viaje a Roma el viernes para el funeral de Francisco, que se celebrará el sábado por la mañana en la Plaza de San Pedro.
“Obviamente, ha sido una relación tensa“, comentó David Gibson, director del Centro de Religión y Cultura de la Universidad de Fordham en Nueva York.
La relación se deterioró
Las cosas no fueron muy bien entre Trump y el jesuita argentino durante el primer mandato del republicano, de 2017 a 2021. Pero, según Gibson, “Trump II fue incluso peor con el Vaticano debido a su actitud mucho más agresiva a todos los niveles, contra los migrantes, contra la ayuda internacional”.
El pontífice y el presidente se enfrentaron desde el principio por a inmigración. En 2016, aludiendo al entonces candidato Trump, Francisco calificó de “no cristiano” a cualquiera que construya un muro para impedir la entrada de migrantes. El republicano dijo que el comentario era “vergonzoso”.
Recibe en tu bandeja de correos un resumen semanal de las principales noticias de interés para la diáspora dominicana y Estados Unidos.
A pesar de las diferencias entre la multimillonaria exestrella de la telerrealidad y Francisco conocido por su estilo humilde a lo largo de los años, el apoyo de los católicos estadounidenses a Trump ha aumentado de forma gradual. Los cortejó en su última campaña presidencial, y entre sus seguidores hay muchos obispos influyentes
Trump, quien se ha identificado como “cristiano sin confesión”, cuenta desde hace tiempo con los cristianos, especialmente los evangélicos, entre sus principales bases de apoyo.
Sus políticas sobre el aborto, incluyendo su papel en el nombramiento de tres de los cinco jueces de la Corte Suprema que revocaron el derecho nacional al aborto, aumentaron su apoyo entre los cristianos, también en los sectores más conservadores.
Sus políticas están también estrechamente alineadas con muchos obispos católicos conservadores de Estados Unidos, que a menudo estaban en desacuerdo con el enfoque más progresista de Francisco al frente de la Iglesia.
Durante su campaña el año pasado, el republicano imploró a los católicos que votaran por él. En octubre, en un discurso en la cena benéfica Al Smith en Nueva York —que recauda millones de dólares para organizaciones benéficas católicas— Trump dijo: “Tienen que salir y votar. Y los católicos, tienen que votar por mí”.
Y muchos lo hicieron. En las presidenciales de 2024, Trump ganó el voto católico, según AP VoteCast, una encuesta que se realiza entre más de 120,000 electores. En 2020, ese respaldo se dividió equitativamente con Biden, pero en los últimos comicios, el 54 % de los votantes católicos apoyaron a Trump y el 44 % a Kamala Harris.
Pero el apoyo de los católicos no le valió el del papa
Aunque ganó el voto católico, Trump nunca se ganó a Francisco.
El vicepresidente estadounidense, JD Vance —que se convirtió al catolicismo y se reunió brevemente con el pontífice el día antes de su muerte—, restó importancia a los desacuerdos entre el jesuita argentino y la Casa Blanca, diciendo a reporteros esta semana que el papa era “una figura mucho más amplia” que la política estadounidense, un hombre que lideraba una Iglesia con 1.400 millones de fieles en todo el mundo.
“Soy consciente de que tuvo algunos desacuerdos con algunas de las políticas de nuestro gobierno”, declaró Vance. “También estaba de acuerdo con muchas de las políticas de de nuestra administración. No voy a manchar el legado de este hombre hablando de política”.
Trump se reunió en una ocasión con Francisco, en un acto en gran medida cordial en el Vaticano en 2017. Pero sus diferencias persistieron.
En febrero de este año, Francisco envió una carta a los obispos de Estados Unidos con un tono similar al de sus comentarios sobre inmigración casi una década antes. Denunció que el gobierno estaba preparando planes para deportaciones masivas y señaló que en la Biblia, el niño Jesús y su familia se refugiaron en Egipto huyendo de una amenaza para sus vidas.
Algunos obispos influyentes aplaudieron algunas de las nuevas iniciativas de Trump sobre la “libre elección de escuela” y las políticas que definen el género según lo determinado al nacer. Aunque mantuvo las enseñanzas de la institución sobre sexualidad, el pontífice adoptó una postura más tolerante hacia las personas LGBTQ+.
Otros obispos destacados, nombrados por Francisco, son más comprensivos con sus prioridades, como el nuevo arzobispo de Washington, el cardenal Robert McElroy.
Los católicos son un grupo diverso y como tal actúan
Pero el voto católico no es monolítico. John Fea, profesor de Historia en la Universidad Messiah en Pensilvania, dijo que muchos católicos conservadores, aunque respetan el cargo del papa, “no les gustan sus puntos de vista progresistas” sobre la inmigración y las bendiciones a parejas del mismo sexo.
“Las opiniones de muchos católicos estadounidenses conservadores se alinean con la marca de populismo de Trump: fronteras fuertes, provida en el aborto, preocupación por la teoría crítica de la raza en las escuelas, etc.”, dijo Fea, autor de “Créeme: El camino evangélico hacia Donald Trump“, por correo electrónico.
Por el contrario, especuló con que muchos católicos progresistas que comparten las preocupaciones de justicia social del papa probablemente no votaron por Trump.
Además de por la inmigración, los dos líderes diferían también en cuestiones ambientales. Francisco escribió una encíclica que pedía más acción climática mientras Trump presiona para recuperar los combustibles fósiles. El papa también se opuso firmemente a la pena de muerte, algo que Trump apoya.
En el plano estilístico, la gran personalidad de Trump también contrastaba con el tono más autocrítico y acogedor de Francisco, inmortalizado en su respuesta “¿Quién soy yo para juzgar?” a una pregunta sobre sacerdotes homosexuales.
Trump y Francisco compartieron algunos objetivos políticos en temas como el aborto y la libertad religiosa, y la relación entre Washington y el Vaticano involucra a más de dos personas, apuntó Steven Millies, director del Centro Bernadin de la Unión Teológica Católica en Chicago.
- “Pero las coincidencias eran más a nivel diplomático que a nivel personal o político, por supuesto”, dijo Millies, profesor de teología pública.
“Eran personas profundamente diferentes: uno se había sido formado en la espiritualidad jesuita y vivió su vida con una fe cada vez más profunda que compartió con el mundo; el otro tergiversa las citas de las Escrituras, vende Biblias para beneficio personal y usa la fe cristiana como una identidad de marca en una competencia de mercado”.