Bogotá.- No es cierto que los pacientes que son vacunados contra la covid-19 se conviertan en Organismos Genéticamente Modificados (GMO, en inglés) y, por tanto, pierdan sus “derechos humanos”, como afirma un mensaje que circula en las redes sociales en Estados Unidos y otros países anglófonos.
Los GMO, continúa el mensaje que ya ha sido compartido en una de sus publicaciones más de 250 veces, “requieren una licencia para viajar y moverse” y ese permiso “viene en forma del pasaporte ‘de esclavos covid’”.
“Como ‘producto’ en vez de ‘ser humano’, usted no solo ha comprometido su propio sistema inmunitario haciéndolo más débil, o inexistente en el caso de la gripe común o la influenza, sino que usted ha consentido que sus ‘derechos humanos’ sean removidos permanentemente”, añade el escrito de 544 palabras.
El texto ejemplifica, finalmente, que si “el Estado profundo de EE.UU. -en referencia a la teoría conspirativa del QAnon- quiere su corazón para un trasplante, entonces podrá tomarlo” pues como individuo ahora carece de normativas que lo protejan.
DATOS: Lo cierto es que la evidencia científica muestra que ninguno de los diferentes tipos de vacunas contra la covid-19 convierten a los seres humanos en GMO. Si bien las tecnologías usadas utilizan virus modificados genéticamente o partes de su ARN, estos no se combinan con el ADN de quien la recibe.
La confusión proviene, precisamente, de las vacunas desarrolladas por Pfizer/BioNTech o Moderna, en las que a través de un novedoso método de biotecnología se inocula en el cuerpo un fragmento muy pequeño del código genético del coronavirus, conocido como ARN Mensajero o ARNm.
Sin embargo, como explican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. en su “Guía para entender cómo actúan las vacunas de ARNm”, este tipo de fármacos “no afectan el ADN ni interactúan con él de ninguna forma”.
“El ARNm nunca ingresa al núcleo celular, que es donde está nuestro ADN (material genético)”, explica el centro regulador con base en la evidencia científica disponible y añade: “la célula se descompone y se deshace del ARNm al poco tiempo de haber terminado de usar sus instrucciones”.
De esta manera, el código genético del paciente no se ve afectado, lo que evita que un ser humano vacunado con estos fármacos sea calificado como un GMO.
En realidad, esta clasificación está definida por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como aquel “organismo modificado genéticamente en el que uno o más genes se han introducido en su material genético desde otro utilizando tecnologías recombinantes de ADN”.
Como repiten los CDC, esto no sucede con ningún tipo de vacuna que se esté usando actualmente para detener la pandemia del coronavirus, incluidas algunas fórmulas que atenúan el virus causante de la covid-19 para que -sin el riesgo de la enfermedad- ingrese al organismo y este aprenda a combatirla.
En esa misma línea, la Universidad de Oxford ha corroborado en su página web dedicada a explicar cómo funcionan las vacunas existentes contra la covid-19 que “este ARNm no tiene forma de ingresar al núcleo donde está nuestro ADN”.
E “incluso si pudiera, el ARNm no se puede fusionar con el ADN y, al igual que con nuestro propio ARNm, no tiene forma de ser traducido de nuevo a ADN”, añade, lo que elimina el riesgo de transformar a un vacunado en un GMO y perder así sus derechos de movilización o autodeterminación.
¿CÓMO FUNCIONAN LAS VACUNAS DE ARNm?
Este es el enfoque de vacunas más novedoso utilizado hasta el momento para luchar contra la pandemia del coronavirus. Algunos de los prototipos de vacunas que usan esta tecnología son los de BioNTech/Pfizer, Moderna y CureVac.
En este tipo de fármacos se suministra parte del código genético del virus para que las células aprendan a producir una proteína propia del virus, o incluso una porción de ella, y así desencadenar una respuesta inmune.
Esto quiere decir que las vacunas de ARNm no contienen el virus vivo que causa la covid-19, sino “instrucciones” para las células inmunitarias, que después de su uso se descomponen y se deshacen del material genético.
“Las vacunas de ARNm contra el COVID-19 se aplican en el músculo del brazo. Una vez que las instrucciones (ARNm) se encuentran dentro de las células inmunitarias, las células las usan para producir una porción de la proteína”, explican los CDC.
A partir de allí, el sistema inmunitario reconoce que la proteína es un cuerpo extraño y comienza a generar una respuesta inmunitaria y producir anticuerpos, “como sucede cuando se produce una infección natural contra el COVID-19”, completó el organismo. EFE