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Ginebra, 14 ene (EFE).- Aunque las esperanzas de paz en Siria han aumentado tras la caída del régimen de Bachar el Asad, el país sigue sembrado de minas antipersona y otros artefactos sin detonar y los niños son a menudo las víctimas de sus explosiones, advirtió este martes el Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).

Sólo en diciembre 116 niños murieron o resultaron heridos en incidentes de ese tipo y cinco millones de menores viven en zonas expuestas a los artefactos, advirtió a la prensa acreditada ante la ONU en Ginebra el director de comunicación de UNICEF Ricardo Pires, por vía telemática desde Damasco.

“Las nuevas olas de desplazamiento aumentan el peligro, y desde el 27 de noviembre (día en que comenzó la ofensiva que terminó con el régimen de Al Asad) más de 250.000 niños tuvieron que dejar sus hogares debido a la escalada del conflicto”, subrayó la fuente de UNICEF.

Pires agregó que en los últimos nueve años de un conflicto que ha durado casi 14 se reportaron al menos 422.000 accidentes con minas antipersona y otros artefactos explosivos, y se calcula que la mitad de ellos provocaron víctimas entre menores de edad.

Agregó que se estima que todavía quedan bajo suelo sirio unas 324.000 minas y otros artefactos peligrosos.

“Debemos apostar por mayores esfuerzos de desminado con el fin de eliminar estos restos del conflicto y conseguir que muchas comunidades vuelvan a sentirse seguras”, señaló Pires, quien también recomendó expandir la educación para prevención de riesgos entre los niños de estas zonas.

Asimismo pidió más esfuerzos en materia de cuidados médicos, rehabilitación y servicios psicosociales para las víctimas, que a menudo no pueden regresar a la escuela o encuentran dificultades para acceder a la sanidad.

“Siria no puede superar esta horrible guerra si los niños continúan expuestos a los explosivos al salir a la calle”, concluyó el representante de UNICEF. EFE

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