Leópolis. Mientras Rusia continúa sus avances en la región ucraniana de Donetsk, en el este del país, Kiev espera maximizar las pérdidas del enemigo en los próximos meses y, siempre que los aliados aumenten su apoyo, situarse en una posición más fuerte para detener al Ejército invasor y liberar más territorios el próximo año.

A pesar de la toma de Avdiivka y Vugledar, el avance del Ejército ruso le ha costado muy caro desde el lanzamiento de la ofensiva rusa hace un año, sostiene Oleksandr Kovalenko, observador militar del Grupo de Resistencia Informativa.

Dadas sus elevadas pérdidas de personal y equipo, Rusia tendrá dificultades no sólo para continuar con la ofensiva, sino para mantener bajo control los territorios ocupados, ya que Ucrania podría pasar al ataque en algún momento a mediados de 2025, declaró a EFE.

Según las estimaciones del Ejército ucraniano, corroboradas en líneas generales por funcionarios estadounidenses, Rusia sufrió en septiembre un récord de 1,271 bajas diarias de soldados entre muertos y heridos.

En total, perdió más de 386,000 soldados y sólo extendió la línea del frente 29.5 kilómetros hacia el interior de la región de Donetsk desde octubre del año pasado, señala Kovalenko.

Y lo que es más importante, las pérdidas rusas de material, como tanques, vehículos blindados, sistemas de artillería y defensas antiaéreas, también han sido récord en este periodo: 4.423, 8.774, 1.2786 y 439, respectivamente, según cálculos del Ejército ucraniano.

Como resultado, Rusia construirá cada vez más su ejército en torno a la infantería para compensar la creciente escasez de equipos, subraya Kovalenko. Por lo tanto, a pesar de los fracasos en Ocherétine o cerca de Toretsk, el enfoque actual del Ejército ucraniano de agotar al enemigo ha tenido éxito, afirma.

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