El presidente estadounidense, Donald Trump, en el primer día de su mandato designó a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, cumpliendo su promesa electoral y dando un paso para luchar contra el tráfico de drogas a EE.UU.
Promesas electorales
El deseo de designar a los cárteles mexicanos como organizaciones terroristas fue expresado en diciembre por Trump en un mitin durante una conferencia del grupo conservador Turning Point en Phoenix, Arizona. “Designaré inmediatamente a los cárteles como organizaciones terroristas extranjeras“, sostuvo entonces el mandatario. No obstante, esta decisión no daría carta blanca a EE.UU. para intervenir militarmente en su vecino del sur, dado que las leyes estadounidenses contemplan que esto solo es posible si se designa a un país como patrocinador del terrorismo.
La semana pasada, Marco Rubio, el nuevo secretario de Estado estadounidense, confirmó que emplear la fuerza militar contra los cárteles mexicanos es “una opción que está a disposición” del presidente. El funcionario aseguró que se trata de organizaciones “sofisticadas” que se dedican al tráfico de drogas y de migrantes. “Los tenemos que llamar como lo que son: terroristas“, manifestó.
La semana pasada el asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, aseveró en el programa ‘Face the Nation’ de la CBS que los cárteles mexicanos representan una amenaza internacional. Waltz describió a los cárteles como “organizaciones paramilitares con miles de millones a su disposición, con vehículos blindados, ametralladoras pesadas, que luchan contra el Ejército mexicano […] hasta paralizarlo”. Al ser preguntado sobre si Trump designará a los cárteles como organizaciones terroristas, aseveró que no quiere “adelantarse a los anuncios”.
Otro alto funcionario de la Administración estadounidense comunicó a Fox News que, tras convertirse en presidente, Trump declarará una emergencia fronteriza nacional y ordenará al Ejército y al Departamento de Seguridad Nacional que aseguren la frontera meridional, estableciendo como prioridad nacional la eliminación de todos los cárteles criminales en territorio estadounidense.