Texas ha comenzado a ampliar esta semana la barrera flotante a lo largo del río Grande (río Bravo en México) como medida para disuadir a los migrantes de cruzar la frontera desde México. Esta decisión se produjo en el primer día de Donald Trump como presidente de EE.UU., que marca un cambio importante en la política de inmigración y seguridad de la frontera sur del país.
“Texas instaló hoy más boyas en el río Grande para detener la inmigración ilegal. Espero seguir trabajando estrechamente con el presidente [Donald] Trump para proteger la frontera”, informó este lunes su gobernador, Greg Abbott.
En un video compartido por el republicano en sus redes sociales, se muestra cómo, con ayuda de maquinaria pesada, se desplegaron e interconectaron boyas esféricas naranjas. Según medios locales, las boyas fueron instaladas cerca de la localidad fronteriza de Eagle Pass, en el condado de Maverick, donde se había reportado su traslado a la ribera del paso fluvial.
Abbott había solicitado este lunes a Trump “proteger a Texas” y a todo el país de la “invasión” a lo largo de la frontera, ejerciendo “todo el alcance de su autoridad constitucional” para acabar con la “crisis fronteriza”. En la víspera de su toma de posesión, Trump dijo que iba a “detener la invasión” de fronteras de EE.UU. y advirtió de que las medidas de seguridad fronteriza durante su segundo mandato serían más agresivas. Ahora, tras asumir el poder, declaró la “emergencia nacional”, a fin de movilizar al Ejército. El Pentágono aseveró que ya ha enviado a 1.500 soldados y helicópteros a la frontera sur.
Boyas de la discordia
Las boyas fueron motivo de discordia entre Texas y la Administración Biden, a la cual Abbot y otros gobernadores republicanos criticaron repetidamente por no hacer lo suficiente para detener la afluencia de inmigrantes ilegales. Las autoridades autorizaron su uso por primera vez a mediados de 2023, cuando instalaron un primer tramo de aproximadamente 304 metros de largo cerca de Eagle Pass, considerado un punto clave para los cruces fronterizos ilegales.
A raíz de la decisión, el Departamento de Justica estadounidense demandó a Texas para obligar a Abbott a retirarlas. En agosto de 2023, México vinculó la muerte de dos migrantes con la barrera de boyas y denunció que Texas estaba actuando de manera inhumana. A pesar de la orden de un juez federal de retirar las polémicas boyas, Abbott se mantuvo en su posición de seguir usándolas. En noviembre de 2024, las autoridades texanas reforzaron considerablemente la barrera del río Bravo, ampliando la malla de alambre de espino en el corredor de Eagle Pass y añadiendo más boyas.
“A pesar de los intentos de la Administración Biden-Harris de frenar nuestros esfuerzos de seguridad fronteriza, las boyas llegaron para quedarse. No daremos marcha atrás en nuestra misión de disuadir y repeler la inmigración ilegal”, dijo