Venezuela inició una nueva etapa política tras la juramentación de los 277 diputados electos en diciembre, lo que ha restado aún más fuerza al opositor Juan Guaidó, quien perdió el único poder que se encontraba en manos de la derecha desde 2016.
Sin embargo, el exdiputado aún cuenta con el respaldo de EE.UU. y ha tratado, por medidas inconstitucionales, la “extensión” de su interinato.
Aunque Guaidó optó por llamar a la abstención y desconocer el resultado de los comicios, la pérdida real de la jefatura del Parlamento y el acatamiento de varios exdiputados al fin de su investidura han develado, una vez más, las profundas diferencias que hay en el seno de la derecha nacional.
Después de casi dos años de fracasar en el intento de sacar a Nicolás Maduro del poder, Guaidó prometió —en una ceremonia con menos de 10 % de los exdiputados que le apoyan— que durante 2021 “hará realidad” la “transición a la democracia” con “el apoyo de aliados internacionales”. Tras ese acto, solo el saliente gobierno de EE.UU. y las autoridades de Canadá, Colombia, Brasil, Chile, lo respaldaron con declaraciones oficiales.
Incluso la Unión Europea (UE), que había mostrado un férreo apoyo al opositor venezolano, emitió el miércoles un sorpresivo y escueto comunicado en el que dejó de denominar a Guaidó como “presidente interino”, y solo lo llamó “representante” de la Asamblea “saliente” elegida en 2015.
Ante este panorama, los expertos en materia legislativa advierten que la oposición radical, una vez más, actúa al margen de la legalidad. “No existe nada en el marco jurídico nacional que avale esa extensión ni la consulta que realizó Guaidó para darse continuidad en la AN. Es absurdo”, señala el abogado Fénix González, quien asegura que el opositor debería ser procesado por la justicia.
No obstante, González reconoce que someter a Guaidó ante la justicia en este momento, a pesar de que “estuvo en flagrancia cometiendo delitos de corrupción”, podría “traer una crisis internacional” para Venezuela, que el Estado trata de evitar. Por lo pronto, la apuesta pareciera ser el natural debilitamiento internacional del opositor.
¿Habrá justicia?
La semana pasada, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rechazó “la estupidez de creer que una autoridad pública puede autoextender su mandato”, y manifestó su confianza en que “la justicia, ahora sí, de manera férrea, haga su trabajo“, en referencia abierta al posible procesamiento de Guaidó.
Pero en caso de no haber justicia, el abogado González cree que Guaidó inevitablemente perderá tanto el liderazgo de la oposición como el apoyo internacional, y se convertirá una figura de peso menor en el panorama político venezolano. “Para la oposición radical, él seguirá siendo diputado o autoproclamado. Para el gobierno no. Y se extinguirá“, sostiene.
Por su parte, el analista internacional Antonio López es más cauto y asevera que es muy difícil hacer lecturas sobre el futuro inmediato. “Este episodio de Guaidó con un gobierno interino, embajadas online y apoyo de otros países, es inédito, nunca se había vivido, yo no he encontrado ningún caso similar, no existen ni referencias”, apunta.
Factor determinante
No obstante, López se aventura a exponer que Guaidó intentará “sostener” la mayor cantidad de respaldos internacionales para desconocer a la nueva AN, pero adelanta que “lo más interesante“ ocurrirá tras la posesión de Biden.
En ese sentido, explica: “A partir de ahí, sí puede haber variación. Yo confío casi completamente en que Biden no reconocerá a Guaidó como supuesto presidente encargo de Venezuela, por el simple hecho de que él debe romper con la política exterior de Trump“.
Para este analista, si Biden se deslinda de Guaidó, puede ocurrir un “efecto dominó” de muchas figuras políticas y Gobiernos, que desconocerán al opositor venezolano con el fin de ganar puntos con el nuevo inquilino de la Casa Blanca.
López afirma que, si sus pronósticos aciertan, solo habría que esperar a ver si Guaidó enfrenta a la justicia o “se escapa” del país, “con apoyo de las autoridades de Colombia”, como ocurrió con el opositor Leopoldo López. “Ojalá haya justicia y no lo dejen ir, pues se va a dedicar a hacer lo mismo que los demás opositores fugados: pasarla bien y rumbearse los miles de millones de dólares que le han robado al pueblo de Venezuela”, apunta.