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Redacción Central, 1 ago (EFE) Estados Unidos y sus aliados han intercambiado con Rusia 26 prisioneros en el aeropuerto de Ankara, bajo la coordinación de los servicios secretos turcos (MIT), en el que constituye el canje más voluminoso desde la Guerra Fría.
Entre los liberados se encuentra el periodista hispano-ruso Pablo González, quien fue detenido el 28 de febrero de 2022 en Polonia, cuando cubría las informaciones sobre la guerra de Ucrania, acusado de espionaje.
Medios estadounidenses han confirmado que la lista incluye al periodista de The Wall Street Journal Evan Gershkovich y al militar estadounidense Paul Whelan, entre otros. Gershkovich estaba acusado de espionaje y detenido por las autoridades rusas desde marzo de 2023 y recientemente condenado a 16 años de prisión, mientras que Whelan es un exmarine detenido desde 2018 y condenado por espionaje en 2020 a otros 16 años de cárcel.
El último canje más mediático entre Estados Unidos y Rusia se produjo en diciembre de 2022, cuando la baloncestista olímpica estadounidense Brittney Griner, que se encontraba en una prisión rusa acusada de tráfico de drogas, fue canjeada por el traficante de armas Viktor Bout, quien estaba encarcelado en Estados Unidos desde hacía 12 años.
Griner fue detenida en febrero de 2022, pocos días antes de que Rusia lanzara su invasión de Ucrania, en un aeropuerto ruso por llevar aceite de hachís en la maleta.
Después fue condenada a nueve años de cárcel por tráfico de drogas hasta su liberación en diciembre en un canje de prisioneros.
Viktor Bout fue indultado por Biden y Griner por el presidente ruso, Vladímir Putin, lo que allanó el camino para su intercambio en diciembre de 2022 en los Emiratos Árabes Unidos. Meses antes, en abril de 2022, Biden confirmó la liberación del exmarine estadounidense Trevor Reed, quien permanecía detenido en Rusia desde 2019, en un intercambio de prisioneros con Moscú.
Reed, entonces de 29 años, llegó a Moscú en mayo de 2019 con un visado de turista y vivía en el apartamento de su novia. Presuntamente se resistió, en estado ebrio, a su detención por la Policía y agredió a unos agentes, algo que el estadounidense negó.
En contrapartida, Washington liberó al ciudadano ruso Konstantin Yaroshenko, en prisión desde 2010 y sentenciado a 20 años de cárcel por tráfico de drogas en EEUU. En julio 2010 los gobiernos de Estados Unidos y Rusia llevaron a cabo el mayor intercambio de espías hasta esa fecha en el aeropuerto de Viena, la capital austríaca.
Diez personas declaradas culpables en un tribunal de Nueva York, entre ellos la periodista peruana Vicky Peláez, fueron cambiadas por cuatro espías, cuya identidad no fue divulgada, que cumplían condenas en Rusia desde hacía varios años.
El primer canje de espías durante la Guerra Fría tuvo lugar en febrero 1962 en Berlín, cuando el coronel de la KGB Rudolf Abel recobró su libertad a cambio del también preso Gary Powers, piloto de avión espía U-2 derribado por la extinta Unión Soviética (URSS). Powers llevaba encarcelado dieciocho meses tras ser condenado a 10 años de prisión. Siete años más tarde, en 1969, Reino Unido liberó a los agentes Peter y Helen Kroger a cambio de Gerald Brooke, condenado por espionaje en la URSS.
En 1981, el agente de la Alemania oriental (antigua RDA) Günter Guillaume fue intercambiado por espías del bloque occidental. El agente Guillaume fue secretario y confidente del canciller Willy Brandt, quien debió renunciar al cargo en mayo de 1974 por aquel escándalo. Tras su liberación, Guillaume fue recibido por el entonces presidente de la RDA, Erich Honecker, como héroe en Berlín.
La espía polaca al servicio del régimen de Varsovia fue intercambiada en 1985 junto a tres agentes soviéticos por un grupo de oficiales de inteligencia estadounidenses. En 1986 el disidente soviético de origen judío Anatoly Sharansky fue canjeado junto a tres agentes occidentales por la pareja de espías de la KGB Karl y Hana Koecher.