Washington. La oposición demócrata empezó a simplificar su discurso sobre la investigación para un juicio político al presidente estadounidense, Donald Trump, al acusar al mandatario de un “soborno” a Ucrania y dejar atrás términos complejos como “quid pro quo”.
El inicio ayer de las audiencias televisadas en directo desde la Cámara Baja convenció a los demócratas de que han entrado en una fase decisiva de su investigación contra Trump, y de que transmitir claramente su mensaje a la opinión pública será clave si quieren mover conciencias de cara a un posible juicio político.
Quizá por eso, la presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, optó por una palabra grave y con aroma a corrupción al describir aquello de lo que acusa a Trump. “Un soborno es conceder o retener asistencia militar a cambio de una declaración pública (por parte de Ucrania) sobre una investigación falsa de las elecciones (estadounidenses). Eso es un soborno”, dijo la líder demócrata.
Pelosi opinó que el “devastador testimonio” televisado este miércoles del embajador interino de EE.UU. en Ucrania, Bill Taylor, “corroboró las pruebas de un soborno descubiertas durante la investigación” que ella misma encargó iniciar en septiembre.
La líder demócrata sacaba así a la luz un nuevo término que simplifica al máximo el error del que los demócratas acusan a Trump: el de retener la entrega de casi 400 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania y condicionarla a que ese país accediera a investigar al exvicepresidente Joe Biden, su posible rival en 2020.
Hasta ahora, los testigos en la investigación, los demócratas y el propio Trump habían descrito esa presunta medida como un “quid pro quo”, una expresión latina que significa algo que se recibe como compensación por la cesión de otra cosa.
Según informa el diario Politico, los demócratas decidieron recientemente utilizar un vocabulario más sencillo en su descripción de los cargos contra Trump con el objetivo de que llegue más fácilmente a la gente ahora que la investigación ha entrado en su fase pública y los estadounidenses pueden verla por televisión. Si finalmente hay un juicio político, se necesitaría una mayoría de dos tercios en el Senado -controlado por los republicanos- para expulsar a Trump de su cargo, por lo que mover la opinión pública es clave para que los demócratas tengan alguna opción de cambiar votos de senadores conservadores.