Brasilia. El Partido de los Trabajadores registró ayer al encarcelado expresidente Luiz Inácio Lula da Silva como su candidato para la presidencia de Brasil, intentando forzar su ingreso en la contienda para dirigir a la nación más grande de Latinoamérica, en franco desafío a las autoridades electorales.
Más de 10,000 simpatizantes de Lula llenaron las calles aledañas al Tribunal Superior Electoral en la capital brasileña, Brasilia, mientras los dirigentes del PT ingresaban al inmueble para presentar la candidatura en el último día de registro. Al poco tiempo, la presidenta del partido, Gleisi Hoffmann, salió y mostró orgullosa a los periodistas la prueba del registro.
El exalcalde de Sao Paulo Fernando Haddad fue registrado por el PT como candidato a la vicepresidencia.
“La única manera de que no sea candidato es si muero, me doy por vencido o las autoridades electorales me sacan de la contienda”, manifestó Lula en un mensaje que fue leído a la multitud por Haddad. “No espero morir. No me daré por vencido. Y lucharé hasta el final por mis derechos en el sistema de justicia electoral”.
Lula cumple una sentencia por cargos de corrupción, pero continúa encabezando las encuestas para los comicios presidenciales de Brasil programados para octubre. Se prevé que el tribunal le prohíba postularse por su condena.
Lula y sus simpatizantes insisten en su inocencia y afirman que los cargos fueron fabricados para evitar que regresara a la presidencia.
Había mucha presencia policial alrededor del tribunal, aunque la concentración fue pacífica. Muchos de los simpatizantes vistieron camisetas rojas con la cara de Lula plasmada en ellas. Algunos portaron máscaras de su rostro. La multitud gritaba: “¡Liberen a Lula!” y “¡Lula, guerrero de la gente brasileña!”.
Lula es respetado en muchas zonas de Brasil por sus orígenes humildes y por compartir los frutos de los años de crecimiento del país con los pobres y las clases trabajadoras.