Ciudad del Vaticano. El papa Francisco condenó con firmeza en la primera misa del año la violencia, la humillación y las ofensas que sufren con frecuencia las mujeres y dijo que el trato hacia ellas mide el nivel de humanidad.
“Las mujeres son fuente de vida. Sin embargo, son continuamente ofendidas, golpeadas, violadas, inducidas a prostituirse y a eliminar la vida que llevan en el vientre. Toda violencia infligida a la mujer es una profanación de Dios, nacido de una mujer”, dijo.
“La salvación para la Humanidad vino del cuerpo de una mujer: de cómo tratamos el cuerpo de la mujer comprendemos nuestro nivel de humanidad”, añadió, en una homilía centrada en la figura femenina, pues precisamente el 1 de enero la Iglesia conmemora la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios.
En esta misa celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano, el pontífice argentino lamentó que a menudo “el cuerpo de la mujer se sacrifica en los altares profanos de la publicidad, del lucro, de la pornografía” y es “explotado como un terreno para utilizar”.
Frente a estos comportamientos, defendió que el cuerpo femenino sea “liberado del consumismo, respetado y honrado” porque “es la carne más noble del mundo, pues concibió y dio a luz al amor” que salvó a los hombres.
“Hoy, la maternidad también es humillada, porque el único crecimiento que interesa es el económico. Hay madres que se arriesgan a emprender viajes penosos para tratar desesperadamente de dar un futuro mejor al fruto de sus entrañas, y que son consideradas como números que sobrexceden el cupo por personas que tienen el estómago lleno, pero de cosas, y el corazón vacío de amor”, subrayó.
También se refirió a la Iglesia católica para asegurar que “se encuentra a sí misma, su centro y su unidad” cuando se acerca a la Virgen María.
Perdón por reprender a una fiel que le agarró
El papa Francisco pidió perdón públicamente por reprender el martes a una mujer que le agarró bruscamente de la mano y le haló hacia ella, cuando éste saludaba a los fieles en la plaza de San Pedro. “Muchas veces perdemos la paciencia, también yo. Pido perdón por el mal ejemplo de ayer”, señaló Francisco desde la ventana del palacio apostólico y momentos antes del rezo del Ángelus.