Ciudad del Vaticano. El papa Francisco condenó las agresiones sexuales cometidas por sacerdotes y su encubrimiento.
Francisco pidió rendir cuentas, al decir en una carta dirigida a todos los católicos del mundo, que se trata de “un crimen que genera hondas heridas de dolor e impotencia”. La misiva responde a las recientes revelaciones sobre los abusos cometidos en Estados Unidos durante décadas.
El pontífice pidió perdón por el dolor que padecieron las víctimas y dijo que los católicos laicos deben implicarse en los esfuerzos para eliminar los abusos y su encubrimiento. Francisco criticó a la cultura clerical, por la que los líderes de la Iglesia estaban más preocupados por su reputación que por la seguridad de los menores, como causante de la crisis.
“Con vergüenza y arrepentimiento, como comunidad eclesial, asumimos que no supimos estar donde teníamos que estar, que no actuamos a tiempo reconociendo la magnitud y la gravedad del daño que se estaba causando en tantas vidas”, escribió el papa en su carta. “Hemos descuidado y abandonado a los pequeños”, agregó. “Mirando hacia el pasado nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado”.