Ciudad del Vaticano. El papa Francisco advirtió del riesgo que supone el protagonismo unipersonal y animó a la Iglesia en América Latina a tratar de ser más participativa.
“Tengamos cuidado del protagonismo unipersonal y apostemos por sembrar y animar procesos que permitan que el pueblo de Dios, que camina en la historia, pueda participar más y mejor en la común responsabilidad que todos tenemos de ser Iglesia”, dijo Francisco, en un mensaje enviado a la asamblea plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (CAL), que se celebra del 24 al 27 de mayo. “Todos somos pueblo de Dios. Todos somos discípulos llamados a aprender y a seguir al Señor. Todos somos corresponsables del bien común y de la santidad de la Iglesia”, añadió.
Francisco afirmó que “de una manera adelantada, la Iglesia en América Latina y el Caribe, ha hecho ‘camino al andar’, ha mostrado que una recta interpretación de las enseñanzas conciliares, que implica reaprender a caminar juntos al momento de enfrentar los desafíos o los problemas pastorales y sociales propios del cambio de época”.
“Es la misma realidad pastoral de la Iglesia latinoamericana la que me anima a pensar en ella como una experiencia en la que la sinodalidad echó raíces desde hace tiempo, y en la que, sin embargo, hace falta que seamos más conscientes de nuestros límites para así poder madurar y dar frutos evangélicos en este camino”.
Lamentó que en algunas ocasiones las personas crean saberlo todo y dijo que no hay “nada más peligroso para la sinodalidad que pensar que ya lo entendemos todo, que ya lo comprendemos todo, que ya lo controlamos todo”.
Dijo que la Pontificia Comisión para América Latina, que fue creada en 1958 por Pío XII para estudiar los problemas de la vida católica, la defensa de la fe y la difusión de la religión en la región, debe ser un organismo que fomente esa participación de todos frente al protagonismo de algunos pocos.
“La CAL está llamada a ser un organismo de servicio que colabore a que todos en América Latina y el Caribe ingresemos en un estilo sinodal de ser Iglesia, en el que el Espíritu Santo, sea el protagonista, y no nosotros”, expuso.