Naciones Unidas.- El primer ministro paquistaní, Imran Khan, auguró este viernes que cuando se levante el toque de queda en la Cachemira india habrá un “baño de sangre” que radicalizará a los musulmanes en la región, y pidió a la ONU actuar para evitar una guerra entre las dos potencias nucleares de Pakistán y la India.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Khan alertó de que “lo que va a ocurrir cuando se levante el toque de queda va a ser un baño de sangre”, porque hay 900.000 militares indios desplegados en esa región cuya soberanía reclaman ambos países.
“(Los musulmanes retenidos en la Cachemira india) saldrán a las calles, ¿y qué harán los soldados (indios)? Les dispararán”, pronosticó Khan.
“Si hay un baño de sangre, habrá musulmanes que se conviertan en radicales no debido al Islam, sino porque verán que no hay justicia para los musulmanes”, advirtió.
Miles de personas siguen detenidas en la Cachemira india desde que en agosto el Gobierno retiró el estatus especial de la región e impuso fuertes restricciones a los derechos de circulación y reunión de las personas, además de cortar las redes de telecomunicaciones e internet.
“Yo me imagino a mí mismo, estoy en Cachemira, llevo 55 días bloqueado. ¿Querría vivir en esta humillación? No. Agarraría una pistola”, dijo Khan, cuya afirmación despertó gritos de rechazo en el auditorio de la Asamblea General: “¡No, no!”.
“Están forzando a la gente a que se radicalice”, espetó el primer ministro a los diplomáticos reunidos en la ONU.
“Habrá una reacción a esto. Dos países nucleares se enfrentarán cara a cara. Y antes de que vayamos en esa dirección, las Naciones Unidas tienen una responsabilidad”, continuó, y esta vez provocó aplausos.
Khan pidió a la comunidad internacional que no se limite a intentar “apaciguar” las tensiones entre la India y Pakistán, sino que apueste por “defender la justicia y la humanidad”.
“Si comienza una guerra convencional entre los dos, un país que es siete veces más pequeño tendrá que decidir entre rendirse o luchar por la libertad hasta la muerte. No hay más Dios que uno, y lucharemos”, garantizó.
Añadió que “cuando un país nuclear lucha hasta el final, tendrá consecuencias mucho más allá de nuestras fronteras, para el mundo”.
“Esta es una prueba para la ONU. La India debe levantar este toque de queda inhumano que ya ha durado 55 días, debe liberar a todos esos prisioneros políticos, y después la comunidad internacional debe dar al pueblo de Cachemira el derecho a la autodeterminación”, concluyó.
La decisión del Ejecutivo indio de acabar con la autonomía de Cachemira y dividir la región se ha percibido como un intento del gubernamental partido nacionalista hindú BJP de cambiar la demografía de esa región de mayoría musulmana, al permitir ahora que indios de otras partes del país se asienten y adquieran tierras allí.
Khan denunció en su discurso el aumento de la “islamofobia” en el mundo y volvió a tildar de “racista” al primer ministro de la India, Narendra Modi, al recordar que estuvo afiliado durante una década al Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), un grupo de extrema derecha que cree en la “depuración étnica de los musulmanes de la India”.
Modi pronunció su discurso ante la ONU poco antes que Khan, pero no hizo ninguna mención a las tensiones con su vecino Pakistán ni a la represión de agosto en Cachemira.