Managua. El presidente de Nicaragua y candidato a la reelección, Daniel Ortega, dijo que la ciudadanía eligió entre la paz y el terrorismo, esto último, según él, promovido por la oposición excluida de las elecciones generales, entre ellos los siete aspirantes presidenciales que se perfilaban como sus principales rivales.
Tras depositar el voto junto a su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, que también aspira a reelegirse, Ortega ofreció un mensaje en una cadena televisiva y radial en el que atacó a los opositores encarcelados y en el exilio, así como a las protestas que estallaron contra su Gobierno en abril de 2018.
“Estamos realizando estas elecciones, y seguros de que en esta batalla, que es una batalla histórica, donde hay que decidirse por el terrorismo, la confrontación, la guerra o la paz”, dijo Ortega desde la Casa de los Pueblos.
El conteo provisional se esperaba para el lunes. Ortega busca un cuarto mandato consecutivo y los comicios se desarrollaron en medio de críticas de la oposición y la comunidad internacional.
Biden amenaza con tomar medidas
El presidente de EE. UU., Joe Biden, calificó de “pantomima” las elecciones en Nicaragua y amenazó con usar “todas las herramientas diplomáticas y económicas” a su disposición para pedir responsabilidades al presidente Ortega.
“Lo que el presidente nicaragüense Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, orquestaron hoy fue una elección de pantomima que no fue ni libre ni justa, y ciertamente no democrática”, afirmó Biden en un comunicado distribuido por la Casa Blanca.
El mandatario adelantó que Washington, en coordinación con otros miembros de la comunidad internacional, “usará todas las herramientas diplomáticas y económicas” a su disposición para ayudar al pueblo de Nicaragua y pedir responsabilidades a Ortega, Murillo y aquellos que “facilitan sus abusos”. Los comicios determinarán quién ostentará la presidencia durante los próximos cinco años, además de 90 de los 92 escaños del Congreso y la representación nicaragüense en el Parlamento Centroamericano. El gobierno nicaragüense insistió en que el proceso se realizó sin contratiempos, mientras las calles y los centros de votación lucían prácticamente vacíos.