BOSTON — La tercera tormenta invernal de las últimas dos semanas azotó el martes el noreste de Estados Unidos con ventiscas y más de 30 centímetros de nieve en algunas partes, y ha dejado decenas de miles de casas y negocios sin electricidad.
“No se ha acabado el invierno, eso es seguro”, dijo Paul Knight, de Portland, mientras la nieve se acumulaba en sus cejas. “La marmota acertó. Nos esperan seis semanas y probablemente más”.
Los trenes normalmente llenos de Boston estaban casi vacíos debido a que mucha gente se quedó en casa y las escuelas estaban cerradas. La red estatal de trenes, Amtrak, suspendió el martes todo el servicio entre Boston y la ciudad de Nueva York.
Se pronosticaba que la tormenta durara gran parte del martes, ocasionando problemas en las carreteras y en el tráfico aéreo. El rastreador de vuelos FlightAware informó que más de 1.500 vuelos fueron cancelados el martes. En el Aeropuerto Internacional Logan de Boston, las terminales estaban prácticamente vacías, y en algunas los empleados de aerolíneas y de limpieza superaban en número a los pasajeros presentes.
Se informó que en algunas partes de Massachusetts, Nueva Hampshire, Maine, Connecticut y Rhode Island había más de 30 centímetros de nieve para el martes por la tarde y se prevé que se acumule más.
Algunas zonas podrían recibir más de 60 centímetros (2 pies) de nieve, de acuerdo con los meteorólogos.
Pero no todos se quejaban de la tormenta. Andrew Gesler, quien caminaba con su hijo en una carriola y con su perro junto a él en Portland, dijo que estaba contento de ver otra gran tormenta.
“Creo que podría ser una de las últimas, así que estoy acá afuera para apreciarla”, indicó Gesler. “Amo ver todo blanco, siempre lo he hecho desde que era un niño”.
El hogar de Janice James en Cape Cod otra vez no tenía electricidad, esto luego de que la tormenta pasada provocó un apagón de tres días. James y sus cuatro hijos pasaron el martes comiendo alimentos horneados que había hecho antes de que esta tormenta invernal azotara la región, y esperaba que la luz y la calefacción regresaran pronto.
“Nos estamos congelando”, dijo James, de 39 años.