Poco más de la mitad de las muertes que se producen en Latinoamérica se deben a enfermedades no transmisibles, y de ese total, el 27 % son por cáncer, detallaron este martes especialistas.
De acuerdo con Alexandra Guarín, oncóloga y especialista en cáncer de mama, las enfermedades no transmisibles, que agrupan las enfermedades cardiovasculares, diabetes y cáncer, principalmente, son responsables del 52 % de las muertes en la región.
“Pero el 27 % de esa población muere debido a neoplasias malignas, es decir, cáncer”, apuntó la experta durante el seminario de medios “El futuro de la ciencia”.
La especialista dijo además que la principal preocupación de los expertos es que las personas mueren cada vez a edades más jóvenes debido al cáncer.
“Siguen estando en edad productiva, de hecho, se estima que 30 % de los pacientes que fallecen por cáncer son menores de 60 años”, detalló.
De acuerdo con cifras de Globocan, anualmente a nivel mundial más de 18 millones de personas son diagnosticadas con algún tipo de cáncer, y poco más de 10 millones mueren debido a esta causa, especialmente porque son diagnosticados de manera tardía.
“Es difícil que se pueda tener injerencia en la incidencia y la mortalidad si los diagnósticos siguen siendo tardíos”, precisó Guarín.
Pero la detección tardía no solo incide en la mortalidad, sino también, apuntó la experta, en los costos de tratamientos, en la calidad de vida y la capacidad laboral de las personas que padecen cáncer y sus familias.
IMPORTANCIA DEL DIAGNÓSTICO
La oncóloga explicó que el diagnóstico oportuno es de suma importancia para la sobrevivencia de los pacientes.
Tan solo en cáncer de mama, dijo, cuando la paciente es diagnosticada en estadíos tempranos, su probabilidad de que esté viva a cinco años de la detección es del 95 %, pero cuando se detectan en etapas tardías está probabilidad se reduce a 20 %.
No obstante, lamentó que en la región las personas sigan llegando tarde al diagnóstico, principalmente por la falta de información y por la falta de acceso a tamizajes y consulta.
“En los países de Latinoamérica, aunque ya se ha avanzado en mejorar la detección, la paciente sigue demorando mucho tiempo para llegar al diagnóstico, por lo que su pronóstico cambia radicalmente”, señaló.
En ese sentido, Fernando Petracci, médico oncólogo y especialista del Instituto Alexandes Fleming de Argentina, dijo que en la región una de las principales barreras es la fragmentación de los sistemas.
Explicó que mientras un paciente que cuenta con un sistema privado de salud puede llegar al diagnóstico y empezar el tratamiento en 30 días, quienes cuentan con seguridad social pública necesitan meses para ser detectadas.
“Además, en un sistema privado en su mayoría se detectan en etapa 1, mientras que en el público se diagnostica en estadíos 3 o 4, cuando ya hay metástasis a otros órganos”, apuntó Petracci.
Ambos expertos resaltaron la importancia de la detección oportuna para los sistemas de salud, pues sin duda los costos del diagnóstico temprano son mucho menores, además de que dan una mayor esperanza de vida a los pacientes. EFE