Nueve personas han muerto en Turquía desde el pasado jueves por consumo de alcohol adulterado, y otras diez permaneces hospitalizadas, seis de ellas en estado grave, según informan hoy los medios locales.
Seis personas han sido detenidas en la ciudad de Corlu en relación a la producción y venta de la partida de alcohol adulterado que fue adquirida por las víctimas, y que en total ha causado el envenenamiento de 29 personas, señala la agencia estatal Anadolu.
Los casos de envenenamiento por alcohol fabricado y distribuido fuera de los circuitos comerciales han aumentado en los últimos años en Turquía, paralelamente al aumento de los precios impuestos por el Gobierno islamista de Recep Tayyip Erdogan.
“El aumento del precio de las bebidas alcohólicas es otro instrumento del gobernante Partido Justicia y Desarrollo para interferir en el estilo de vida de las personas”, denunció Seyit Torun, vicepresidente del socialdemócrata CHP, el principal partido de la oposición.
Torun asegura que el 70 % del precio de las bebidas alcohólicas corresponde a tasas e impuestos.
“La gente no deja de beber cuando se encarece, sino que lo producen en casa o compran alcohol barato de contrabando”, afirma Torun, que alerta de que incluso bares y restaurantes recurren a eso porque es mucho más rentable.
El año pasado unos 3.500 sospechosos de vender alcohol ilegalmente fueron detenidos por la Policía, que incautó 1,2 millones de litros de este tipo de bebida.
En las casi dos décadas que lleva en el poder Erdogan ha apoyado con medidas y comentarios la restricción del consumo de alcohol, el uso de velo islámico, se ha opuesto al aborto y ha sacado al país del convenio europeo contra la violencia machista.