Johannesburgo. El expresidente de Zimbabue Robert Mugabe, una figura clave de la liberación de este país de África meridional que, tras su independencia, monopolizó el poder durante casi cuatro décadas, murió ayer a los 95 años en un hospital de Singapur, donde permanecía ingresado desde abril pasado.
“Con gran tristeza, anuncio el fallecimiento del padre fundador y expresidente de Zimbabue Robert Mugabe”, informó el actual presidente del país, Emmerson Mnangagwa, a través de su cuenta de Twitter.
“Fue un icono de la liberación, un panafricanista que dedicó su vida a la emancipación y al empoderamiento de su pueblo. Su contribución a la historia de nuestra nación y continente nunca será olvidada. Que su alma descanse en paz eterna”, agregó Mnangagwa.
Su país, que atraviesa una grave crisis económica, recibió la noticia en calma y una reacción de duelo masivo parece poco probable, dada la falta de libertades, la represión y la ruina que caracterizaron su mandato.
Tampoco se espera una reacción de ira o de catarsis colectiva como la que sucedió tras el golpe militar que desembocaría en la dimisión de Mugabe en noviembre de 2017 después de 37 años en el poder, con miles de zimbabuenses en la calle clamando democráticia.