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AP.- La toma de control por parte de México de su sector petrolero de manos de compañías estadounidenses y británicas se enseña en las escuelas y se celebra todos los años. La nacionalización de 1938 es un motivo de orgullo para millones de mexicanos, incluido el presidente Andrés Manuel López Obrador.
El popular presidente proviene del corazón de la industria petrolera mexicana y hace 16 años lideró una lucha contra las reformas energéticas que tenían como objetivo atraer inversión privada a la enorme compañía petrolera estatal, Pemex. Este año, la favorita en la carrera para reemplazar a López Obrador eligió el aniversario de la expropiación petrolera de México para anunciar sus propuestas energéticas, que incluyen mantener la producción de petróleo a gran escala por parte de Pemex.
La favorita Claudia Sheinbaum también quiere asegurarse de que la Comisión Federal de Electricidad (CFE), administrada por el gobierno, genere la mayor parte de la energía que México suministra a hogares y empresas. Al igual que los otros dos candidatos para reemplazar a López Obrador, ella solo quiere una participación limitada en la energía privada, pero seguir favoreciendo a las empresas estatales hará que a México le resulte más difícil cumplir sus compromisos en materia de cambio climático, dicen los expertos.
A pesar de las dificultades de Pemex, México sigue siendo uno de los mayores productores de petróleo del mundo. Ninguno de los candidatos habla de reducir eso. La Comisión Federal de Electricidad ha mantenido el monopolio de la transmisión y distribución de electricidad desde su creación por decreto presidencial en 1937.
México se ha comprometido a que el 43% de la energía que genere provenga de fuentes no contaminantes para 2030. Hoy alrededor del 22% de la producción eléctrica de México proviene de fuentes limpias, según estimaciones del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
El margen de cambio en la contribución de México al calentamiento global parece estar en el lugar donde el monopolio gubernamental obtiene su electricidad y ningún participante en el debate presidencial de México del domingo discutió la reducción de la producción de Pemex.
Gálvez dijo que quiere que México produzca la mitad de su energía a partir de fuentes renovables dentro de seis años y que México vuelva a ser conocido por su energía barata “gracias a la participación del sector privado”.
Sheinbaum mencionó su experiencia en ciencias climáticas y habló vagamente de la necesidad de reducir las emisiones que causan el cambio climático, avanzar en la transición energética y adaptarse al cambio climático. También dijo que una enorme refinería nueva que López Obrador había construido ayudaría a reducir las importaciones de gasolina de México.