SAO PAULO (AP) — En medio de posibles cargos de corrupción en su contra, el índice de aprobación más bajo para un jefe de estado brasileño en una generación y pedidos de renuncia, el presidente Michel Temer se está mostrando desafiante.
Temer dijo el lunes que nada “destruirá” su gobierno. Agregó que Brasil está camino a una recuperación económica y que no hay “Plan B” para las medidas de austeridad y reformas que él propone.
El secretario de Justicia de Brasil debe decidir para el miércoles si es que acusará a Temer de cargos de corrupción. Si se presentan tales cargos, la cámara baja del Congreso decidirá si suspende a Temer para que sea enjuiciado.
El instituto de encuestas Datafolha dijo durante el fin de semana que solo el 7% de los encuestados aprobaron la gestión de Temer, la aprobación más baja desde 1989.