Roma.- Miles de italianos emprendieron hoy la vuelta a sus casas familiares para pasar la Navidad antes de que se imponga el confinamiento el próximo jueves, una medida criticada por el escaso tiempo de aviso y que preocupa al sector turístico.
En concreto el 24, 25, 26, 27 y 31 de diciembre y el 1, 2, 3, 5 y 6 de enero los italianos deberán quedarse en casa, saliendo solo en casos de necesidad, tendrán prohibido cambiar de región y la mayoría de negocios minoristas cerrarán, excepto alimentarios o farmacias.
No obstante, habida cuenta del carácter familiar de estas fechas, el Gobierno permitirá las visitas pero solo si se desplazan un máximo de dos personas, que podrán ir acompañadas solo por niños menores de catorce años (que no se computan en la pareja).
Pero además, para evitar éxodos masivos en los días previos, el Gobierno ha prohibido cambiar de región ya desde este lunes 21.
Por esa razón los italianos que trabajan o estudian en ciudades que no son las suyas han emprendido la vuelta a casa para pasar estos días con sus padres, parejas o parientes más próximos en este último fin de semana de relativa “libertad”, sin confinamiento.
Este “éxodo” se da especialmente desde el industrializado norte, como la ciudad de Milán, capital económica del país, hacia al sur, hacia Roma, Nápoles, Bari o Reggio Calabria, por ejemplo.
El gobernador de la septentrional Lombardía, Attilio Fontana, culpó ayer al Gobierno de generar “aglomeraciones de última hora” impidiendo los viajes los días previos de Navidad.
Este sábado es prácticamente imposible hacerse con un billete de tren de alta velocidad, que además viajan a la mitad de su capacidad para garantizar la distancia entre pasajeros, y los pocos que quedan rozan los 200 euros por tres horas de trayecto entre Milán y Roma.
A partir del próximo 24 de diciembre Italia, con más de 60 millones de habitantes, quedará prácticamente confinada, la peor de las opciones para el importante sector turístico del país, ya vapuleada por las restricciones de movilidad de este año.
La Federación de Asociaciones de Hoteles y Turismo de Italia (Federalberghi) ha lamentado estas disposiciones como “el último golpe en la cabeza de las empresas” del sector y avisa de que esto afectará a toda la economía del país.
En un año normal entre el día de Navidad y el de Epifanía se habrían puesto en viaje más de dieciocho millones de italianos, generando cerca de 13.000 millones de euros a toda la categoría, entre hoteles, transportes, ocio y restauración.
Por su parte el Véneto (norte), una de las regiones más afectadas por el virus, ha ampliado las restricciones y ya desde hoy hasta la noche del 23 de diciembre (cuando se confinará siguiendo la ley nacional) impide abandonar el propio municipio desde las 14.00 (13.00 locales).
Las misas de navidad seguirán permitidas, siempre respetando los protocolos sanitarios, aunque la Conferencia Episcopal Italiana recomendó hoy a los fieles acudir a los templos más cercanos.
El Gobierno ha impuesto estas restricciones para evitar una tercera oleada en enero pero también para tratar de doblegar una curva epidemiológica que baja menos de lo esperado cuando se aprobó el último decreto con limitaciones el pasado 3 de diciembre.
De hecho en las últimas veinticuatro horas se han contagiado casi 18.000 personas, una cifra que parece no bajar en estos días, y un total de 674 han perdido la vida, lo que eleva a 67.894 el balance de víctimas mortales, según confirmó hoy el Ministerio de Sanidad.