Leópolis (Ucrania), (EFE).- Miles de drones comerciales fabricados en serie ayudan a las tropas ucranianas a repeler los ataques rusos, unos aparatos ahora indispensables para controlar el campo de batalla y utilizar más eficazmente la limitada munición.
Las imágenes procedentes del campo de batalla en Bajmut a menudo recuerdan a las de las dos grandes guerras mundiales del siglo XX por el amplio empleo de la artillería y los ataques frontales de la infantería. Numerosos factores hacen diferente a esta guerra y uno de los más singulares es el empleo masivo de drones.
Danylo, de 24 años, a quien sus compañeros de la Brigada número 93 del Ejército ucraniano llaman “Ali”, dice que varios drones se mueven a menudo al mismo tiempo sobre sus cabezas. Frecuentemente no se puede saber cuáles son ucranianos o cuáles rusos.
“Solemos moverlos justo sobre las posiciones del enemigo para ver el resultado de nuestros ataques, para obtener coordenadas correctas para nuestras artillería y estar listos para sus acciones”, explica a EFE desde Bajmut.
Los drones rusos no llegan a atreverse tanto normalmente y observan a los ucranianos desde una distancia considerable. Una posible razón es que los rusos tienen más munición y no necesitan ser tan precisos como los ucranianos y porque quedarse lejos significa también menor riesgo de perder un dron.
“Ambas partes usan armas radioeléctricas para interferir en el control de los drones, lo que fácilmente puede conducir a su pérdida”, explica “Ali”. Parte de la habilidad de un operador de dron es encontrar estrechos “corredores” por los cuales los dispositivos puedan alcanzar la posición del enemigo sin ser interceptado.
“Si una de sus armas ‘caza’ a un dron deja de ser controlado vía el geolocalizador GPS y tiene que ser recuperado de vuelta de manera manual por el operador”, añade.
Los drones no necesitan conexión de internet. “Envían la imagen a mi panel de control y puedo enviar información por radiotransmisor a mis oficiales o a la artillería”, explica el operador.
No obstante, la conexión a internet, normalmente suministrada por terminales “Starlink”, permite que la señal del dron se transmita directamente a los jefes.
Gran parte del esfuerzo en este terreno se dirige a crear locales de control, donde se reciben las señales de varios drones para tener una visión de conjunto, lo que permite tomar decisiones rápidas a los responsables militares.
Yuriy Butusov, un bloguero militar uraniano, destaca que la organización de las operaciones con drones es la primera señal de la calidad del sistema de órdenes de una unidad militar.
El concepto de “dron” abarca una amplia gama de dispositivos que cuestan millones y son capaces de transportar cohetes pesados o bien son más pequeños, se encuentran a la venta en internet y están disponibles por unos miles de euros.
Varias iniciativas y empresas trabajan en el desarrollo de drones ucranianos y las apoyadas por el Gobierno se centran sobre todo en adquirir los más sofisticados de reconocimiento o ataque. No obstante los “DJI Mavic 3”, drones de tipo comercial, siguen siendo esenciales para el Ejército ucraniano por su accesibilidad y disponibilidad.
Los soldados los compran por sí mismos o los reciben como donación por parte de ciudadanos particulares y voluntarios.
La importancia de los drones hace de sus operadores un objetivo principal para la artillería enemiga, que ataca constantemente las escasas posiciones del frente desde las que pueden lanzar esos dispositivos. “Ali” afirma que a veces ha tenido que protegerse de un ataque mientras operaba un dron que se encontraba a varios kilómetros de distancia.
Todo este peligro hace que los drones a menudo solo se puedan usar un par de días y que, en el mejor de los casos, duren algunos meses. Miles de ucranianos están donando fondos para sustituir a los drones dañados y garantizar que los soldados en Bajmut y otras posiciones en el frente de 1.500 kilómetros no se queden sin “ojos” frente a la ofensiva rusa.
La capacidad de los drones de salvar vidas sin embargo es limitada si los soldados no tienen los medios para atacar a las tropas rusas o sus equipos tras haberlos detectado.
“Necesitamos muchos más tanques y munición de artillería. Duele ver a nuestros chicos literalmente agotados mientras intentan sobrevivir durante días en las trincheras y bajo un fuego intenso. Sencillamente es que no tenemos bastante con lo que responder o destruir a la artillería rusa”, admite a EFE “Ali”.