Quito. Generar unidad nacional en un país marcadamente dividido, agilizar el proceso de vacunación y recuperar la economía son los retos más inmediatos que deberá encarar el centroderechista Guillermo Lasso desde el próximo 24 de mayo, cuando sustituya en la presidencia de Ecuador a Lenín Moreno.
“El reto de Lasso es generar esa unidad nacional que tanto le sirvió como excelente mensaje en su segunda vuelta”, cuando propició el “reencuentro”, dice a Efe el politólogo César Ulloa.
Investigador de la Universidad de las Américas, cree que el correísmo perdió por “recurrir a la misma estrategia que le fue válida en los catorce años: la polarización”. Y considera que el de Lasso es un triunfo “importante”, porque es la primera vez desde 2007 que el correísmo pierde las elecciones presidenciales, pues también Moreno llegó al poder en 2017 con el apoyo del exmandatario, de quien luego se distanció.
Pero recuerda que no marca el fin del correísmo, que tiene una amplia fuerza política en la Asamblea Nacional, y que ya ha dado las pautas de su reinvención.
“¿Cuándo se iba a pensar que un candidato correísta iba a llamarle al contendiente a felicitar, o que iban a aceptar los resultados de una forma casi casi angelical, o que Correa ponga en twitter que felicita a Guillermo Lasso?”, se preguntó retóricamente. Ulloa considera que el líder del movimiento CREO debe ser cauteloso porque se desconoce cuántos de los algo más de sus 4.5 millones de votos representan en realidad un “voto de rechazo al correísmo”, teniendo en cuenta que en la primera vuelta sólo obtuvo un 19.72 % del escrutinio.
Con más de 347,000 casos de la covid-19 comprobados y un total de 17,298 defunciones entre confirmadas y probables por la enfermedad, y con un lento proceso de vacunación, la salud pública será de máxima prioridad para el nuevo Gobierno. “Los ecuatorianos quieren respuestas concretas. Lo que buscan es en quién confiar, quién dirigirá un plan de vacunación, quién les dará empleo”, explicó por su parte a Efe la consultora política Wendy Reyes.