Mientras la policía está buscando a un hombre vestido con un chaleco de construcción naranja y una máscara de gas como el presunto responsable del tiroteo registrado este martes en el metro de Nueva York, los pasajeros siguen subiendo a las redes sociales imágenes del tiroteo.
Según algunos medios locales, el sospechoso fue descripto por testigos como un hombre negro de aproximadamente 1,65 metros de altura y unos 80 kilos de peso, aunque por ahora no hay confirmación oficial.
El presunto autor de los disparos huyó del lugar de los hechos vistiendo un chaleco naranja similar a los que usan los obreros de la construcción y una máscara de gas y, por el momento, es la única personas a la que se busca en relación con los hechos.
El ataque, en hora pico
Al menos 16 personas resultaron heridas en el suceso, con un mínimo de cinco con heridas de bala, según los servicios de emergencia.
El tiroteo tuvo lugar en plena hora punta, alrededor de las 8:30 a.m., hora local, y por ahora no está claro si el ataque se produjo a bordo de un tren o dentro de una estación, aunque todo apunta a que como mínimo se inició en el interior de un vagón.
Imágenes distribuidas en las redes sociales muestran a varias personas heridas y cubiertas en sangre siendo atendidas en un andén de la estación de la calle 36 en Brooklyn, en el barrio de Sunset Park, una zona con numerosa población mexicana.
También se han publicado algunas fotografías de un vagón de metro lleno de humo, supuestamente resultado de la detonación de una bomba de humo.
Fuentes policiales han dicho a medios locales que no se ha encontrado ningún tipo de artefacto explosivo activo o que presente riesgos.
Las autoridades han pedido a los ciudadanos evitar la zona, donde se han desplegado numerosas ambulancias y unidades de policía.
La gobernadora del estado, Kathy Hochul, dijo a través de Twitter que recibió un informe de la situación en Brooklyn y que los equipos de emergencia están en el área.
Tras las imágenes del tiroteo hay un elemento clave
El incidente se produjo un día después de que Biden anunció nuevas medidas para el control de armas, aumentando, especialmente, las restricciones a las llamadas “armas fantasma”, que son difíciles de rastrear pues hasta se pueden ensamblar en casa.
Las laxas leyes sobre armas y el derecho a portarlas garantizado en la Constitución obstaculizan reiteradamente los intentos de reducir la cantidad de armas en circulación pese a que la mayoría de los estadounidenses dice estar a favor de imponer mayores controles.
Las tres cuartas parte de los homicidios en Estados Unidos son con armas y sigue en alza la cantidad de pistolas revólveres y otro tipos de armas a la venta.