En un libro que ahora aparece en español, la estrella narra escenas de extrema dureza. El libro volvió a ser best seller en inglés.

Las memorias del actor Will Smith, tituladas Will y coescritas con el escritor de autoayuda Mark Manson regresan a la lista de libros más vendidos en Estados Unidos, acaso porque muchos lectores creen encontrar en el libro, recién publicado en español por la editorial Planeta, una explicación a la actitud de la estrella de Rey Richard y En busca de la felicidad en la reciente entrega de los Oscar, ya que detalla la vida personal y profesional del actor, incluido el abuso físico que su padre infligió a su madre.

El capítulo de la sobreactuación de la cachetada de Smith a Chris Rock después de que el cómico, de 50 años, hiciera una broma sobre Jada Pinkett Smith, la esposa de quien recibiría a continuación el Premio de la Academia al mejor actor, durante la 94ª edición de los Oscar, y sus derivados en el mundo del espectáculo, podrían leerse como un apéndice a las memorias publicadas por Zenith, un sello de la editorial Planeta.

En la página 27, de 460 que tiene la edición española, Will dice: “Como actor, entender los miedos de un personaje es una parte fundamental para comprender su psique. Los miedos crean deseos y los deseos precipitan acciones”.

La vida abajo del escenario es más o menos igual, parece sostener, en su libro, el actor. Estos pensamientos se desencadenan luego de que el padre, un exmilitar alcohólico, le pegara a su madre. Esa acción continuó porque la mujer no se calló: “Crees que pegarle a una mujer te convierte en macho”, dijo.

El hombre le dio otro golpe y la derribó. Ella se puso de pie y le dijo: “Pégame todas las veces que quieras, no puedes hacerme daño”. Smith dice que él podía golpear su cuerpo, pero, de algún modo, ella era capaz de controlar lo que le hacía daño. “Yo deseaba ser así de fuerte”, escribe.

El padre también golpeaba a los hermanos de Smith que respondían de la misma manera que la madre. El actor prefería complacer al padre. Era el único débil: “Yo era el cobarde”, dice. Todos en su casa habían presenciado la escena del abuso físico a la madre y su hermano Harry quiso proteger a la madre, pero fue apartado de un empujón. Su hermana Ellen se fue a refugiar acurrucada en su cama. Uno defendía a su madre, la otra huía de la escena violenta. Will complacía a su padre. “Yo quería complacer y aplacar a mi padre, porque mientras él estuviera sonriendo y riendo, creía que nos mantendríamos a salvo”.

Por esto Smith decide ser gracioso, aunque dice que “su pequeño cerebro de nueve años procesó los episodios de abusos” por parte de su padre “como si de alguna manera fueran culpa” de él. En el libro queda bien retratada esa escena en la cual esa noche, en esa habitación, el Will Smith de nueve años, parado en la puerta, ve como su padre golpea a su madre y ella caía al suelo. “Yo era la única posibilidad que ella tenía de recibir ayuda. Y, sin embargo no hice nada”, expresa la estrella de Hollywood.

En la famosa cachetada al comediante para defender a “su” esposa cuando Rock hace la broma de comparar a “G.I. Jane”, la protagonista de la película de 1997, interpretada por Demi Moore, quien se rapa durante el rodaje para ser la primera mujer que se une a la marina de Estados Unidos, la actitud de Will es la contracara de aquel niño que no defiende a lo “que más amaba en el mundo”, su madre.

En este capítulo, llamado Miedo, empieza el libro de lectura ágil, entretenida, con la cuota que le imprime Mark Manson, el coescritor. El autor de libros de autoayuda y superación deja en cada idea narrada por el actor su impronta.

Su padre lo obligó a él y a su hermano menor, siendo muy niños, a levantar un muro en su casa

Se trata de un libro que desde la cruda experiencia de una personalidad del cine, narrada con sinceridad (o al menos dejando aspectos desfavorables a su persona al descubierto) deja reflexiones como las contadas en el capítulo de la violencia intrafamiliar presenciada en la niñez de Smith. Tiene 21 capítulos titulados todos con una sola palabra: “Fantasía”, “Poder”, “Aventura”, “Dolor”.

La introducción se llama “Muro” y allí el actor, nacido en 1968 en la ciudad de Filadelfia, cuenta que su padre lo obligó a él y a su hermano menor, siendo muy niños, a levantar un muro en su casa.

Ellos lo creían imposible. Su padre malhumorado les dijo que no pensaran en el muro sino en cada ladrillo. Les llevó todo un año a los dos niños levantar esa pared. El actor en esta introducción explica que esta experiencia le dejó una lección: “El secreto de mi éxito es tan aburrido como sorprendente: vas y pones otro ladrillo”, dice.

Aquí aparece el tono que marca todo el libro, el registro de Manson para convertir este best seller en un libro de autoayuda. Ante el fracaso, la pérdida, la humillación, el divorcio, la muerte, la invasión de la privacidad, la desintegración de la familia, cuenta Smith que “todos los días” se levantaba, “mezclaba cemento y ponía otro ladrillo”.

Su padre le dejó ese legado y el de su nombre, Will: que en inglés significa “voluntad”. En el capítulo 8, llamado “Dolor”, Smith narra sus experiencias sexuales.

Luego de ser “engañado” amorosamente por su novia Melanie, actúa de forma violenta: rompe con un hierro unas doce ventanas de la casa, porque tenía que hacerlo “no porque sintiera un impulso emocional por hacerlo”, explica. Escapa para ver a su madre y ella estaba conectada “completamente” con su dolor: “Ya no era solo miedo, era nuestro”, dice. Vuelve vencido a su hogar de la infancia, ya sin el padre, que hace poco tiempo la madre había echado de la casa.

“Pensé que no me habría engañado si yo hubiera sido lo suficientemente bueno. Le había fallado a otra mujer”, explica mucho tiempo antes de que defendiera a su esposa de los supuestos agravios públicos emitidos por Rock en la entrega de los Oscar.

Fuente:infobae

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