Bruselas. La cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) reúne este lunes y martes a 60 países con la ambición de reforzar y modernizar la relación y estrechar la cooperación, tras ocho años sin reunirse los líderes de ambas regiones.

El encuentro estará copresidido por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, como presidente “pro tempore” de la Celac.
La defensa del multilateralismo entre dos regiones que se consideran muy afines y la apuesta por la inclusividad serán motores de esta cumbre, en la que la UE quiere dialogar no solo con los países más afines sino también con los que mantiene discrepancias.

Fuentes comunitarias aseguraron que, de las 33 delegaciones latinoamericanas y caribeñas invitadas, unas 26 estarán representadas a nivel de jefes de Estado o de Gobierno.

Los países de la UE y de América Latina y el Caribe celebran cumbres de región a región desde 1999 y ésta será la novena que celebren, y la tercera desde que existe la Celac.

Los mandatarios de los dos bloques no se habían reunido desde la cumbre de junio de 2015 en la capital belga; desde entonces, la pandemia o la salida temporal de Brasil del bloque latinoamericano complicaron el relanzar esas reuniones.

Para intentar dar seguimiento a los resultados de las cumbres y garantizar que se celebren cada dos años -como era costumbre-, la UE propone un “mecanismo de coordinación” basado en reuniones periódicas de altos funcionarios y ministros Exteriores.

Otro de los resultados se centrará en la agenda de inversiones del programa europeo Global Gateway -con el que la UE quiere competir con la nueva Ruta de la Seda china en la región-, que desarrollará infraestructura para la transición digital y verde o en áreas como el transporte, la energía, la salud o la educación.

El lunes por la mañana, antes de que dé comienzo la cumbre, tendrá lugar un foro económico con la presencia de dirigentes políticos, financieros y empresariales europeos y latinoamericanos y caribeños para debatir las oportunidades de inversión en sectores estratégicos.

Estará organizado por la Comisión Europea, la Corporación Andina de Fomento (CAF)-Banco de Desarrollo para América Latina y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Además, antes del inicio de la cumbre, las instituciones europeas mantendrán una reunión específica con los líderes de los países del Caribe.

Mercosur

Otro gran asunto pendiente que llega a la cumbre sin visos, sin embargo, de quedar resuelto pero que será abordado es el acuerdo de asociación UE-Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), cuya ratificación depende de que las dos partes acuerden un anexo que recalque los compromisos climáticos y la prevención de la deforestación.

El Mercosur tiene que dar réplica a la última propuesta europea del anexo, que no ha sido especialmente bien recibida por el bloque suramericano.

La modernización de los acuerdos de asociación con Chile y México también están pendientes de ratificación.

Ucrania

Los dos bloques continúan negociando a contrarreloj la declaración que esperan aprobar en la cumbre, cuyo borrador inicial se reducirá previsiblemente en longitud para alcanzar el máximo consenso posible.
La UE quiere incluir en ella una condena a la guerra de agresión rusa en Ucrania que esté respaldada por una de las regiones del mundo con la que considera que tiene un pensamiento de los más afines. “Nos une mucho más de lo que nos separa”, afirmó un alto funcionario comunitario.
Otra fuente aseguró que “los huecos se van cerrando” mientras aún se negocia también sobre asuntos como la financiación de la mitigación del cambio climático. La UE está dispuesta a evaluar la propuesta del presidente colombiano, Gustavo Petro, de reestructurar el sistema financiero global para adoptar el cambio de deuda extranjera por acción climática.

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