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Agencias;- La carrera para las elecciones presidenciales se acelera en Estados Unidos, donde los ciudadanos acudirán a las urnas el 5 de noviembre. Los dos candidatos, la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump van cabeza a cabeza en las encuestas. En el estado de Nevada, que solo aporta seis electores, cada voto cuenta, sobre todo teniendo en cuenta que Joe Biden ganó el estado por solo 34,000 votos en 2020. La cuestión económica es decisiva y los candidatos compiten por el electorado latino.
En Nevada, la economía es el principal tema de campaña. Hay que decir que el estado ha sufrido de lleno la crisis de COVID-19. Su industria depende en gran medida del sector de la hostelería y la restauración, en particular debido a la presencia de Las Vegas, cuya área metropolitana alberga a tres cuartas partes de la población del estado.
Sin embargo, la recuperación tras la crisis ha sido más lenta que en otros lugares, y la tasa de desempleo es una de las más altas del país: el 5.5 % frente al 4.2 % nacional. El pasado agosto, en Las Vegas, la candidata demócrata, Kamala Harris, prometió subir el salario mínimo y “eliminar los impuestos sobre las propinas para quienes trabajan en la hostelería”.
Donald Trump ya había hecho la misma propuesta unas semanas antes, en el mismo lugar. Los republicanos están convencidos de que en Nevada, como en otros lugares, el pueblo estadounidense confiará en ellos en cuestiones económicas. Pero en Nevada, los demócratas han contado hasta ahora con el apoyo de los votantes sindicados, y el mayor sindicato del estado, el Culinary Union, respalda este año a Kamala Harris.
Tradicionalmente en Nevada, los demócratas también gozan del apoyo de las minorías. La mayor de ellas son los latinos, que representan el 30 % de la población del estado y el 20 % de sus votantes. Pero de este 20 %, la mitad no están afiliados a ningún partido. Según una encuesta del pasado agosto, Kamala Harris seguiría por delante de Donald Trump entre los latinos, pero su ventaja sería menor que la de Joe Biden en 2020. Por lo tanto, los dos candidatos compiten ferozmente por este electorado.
El 12 de octubre, Donald Trump participó en una mesa redonda con votantes latinos. Dijo que cuando él era presidente, los ingresos de los hispanoamericanos nunca habían sido tan altos. También insistió en su tema favorito: la inmigración.
“Les voy a contar lo que está pasando en la frontera, porque los afecta quizá más que a nadie, afroamericanos, hispanoamericanos: la gente está cruzando la frontera a raudales y les está quitando sus trabajos, por culpa de Kamala y Biden”, dijo.
Cada vez que visitan el estado, Donald Trump y su compañero de fórmula JD Vance hacen hincapié en la inmigración, que sigue siendo un importante tema de campaña, especialmente para los republicanos, a pesar de que Nevada no es un estado fronterizo. Kamala Harris lo sabe bien: cuando volvió a Las Vegas a finales de septiembre, fue justo después de visitar la frontera con México.
Nevada atrae a muchos recién llegados, sobre todo de California, donde el coste de la vida es mucho más alto. Pero esto está disparando los precios de la vivienda: desde que Joe Biden asumió el cargo, han subido un 34 %. La vivienda se está volviendo inasequible para los residentes.
Por ello, Kamala Harris planea dar 25,000 dólares a quienes compren una vivienda por primera vez. Invocando de nuevo el tema de la inmigración, Donald Trump promete bajar los precios deteniendo lo que llama “la invasión de extranjeros ilegales”. En materia de vivienda, Kamala Harris tendría ventaja. Según un sondeo de septiembre, el 49 % de los residente de Nevada confía en ella, frente al 39 % de Trump.