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Damasco/Jerusalén,- Israel ocupará territorio sirio por tiempo “ilimitado”, exige una “completa desmilitarización” del sur de Siria y veta incluso dónde Damasco podrá desplegar a su Ejército, una retahíla de ataques a la soberanía de un país que de momento guarda silencio ante la conciencia de que poco puede hacer para detener “las aspiraciones de Israel”.
Así analizaron para EFE expertos en seguridad y política tanto de Siria como de Israel la durísima posición del gobierno de Benjamín Netanyahu hacia las nuevas autoridades de Damasco, marcada por el nulo espacio que éste parece haber dado a establecer canales de diálogo bilaterales o bien directamente por la intención “de impedir la estabilidad en Siria independientemente de la manera con la que se forma la autoridad de transición”.
“Incluso si (Ahmed Al Sharaa, presidente sirio) quisiera luchar contra Israel, en Siria no quedarían armas para amenazar las aspiraciones de Israel en Siria”, asevera a EFE Rami Abdelrahman, director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, organización con sede en el Reino Unido y una amplia red de colaboradores sobre el terreno.
Para el activista, “la pregunta es si Netanyahu es capaz de desarmar” a las tres provincias sirias de Quneitra, Deraa y Sueida que exige dejar desmilitarizadas.
“Pues sí, con una operación militar; pero estoy segurísimo de que ni Al Sharaa ni nadie en el actual Gobierno quiere luchar contra Israel”, aseguró el analista.
Inmediatamente después de la caída del régimen de Bachar al Asad, Israel realizó una campaña de bombardeos masiva contra el país para destruir el arsenal del Ejército del ex presidente, que redujeron a cenizas buques de guerra, tanques, almacenes de armas y misiles del Ejército de Al Asad.
Se hizo para evitar que el arsenal quedara en manos de Hayat Tahrir al Sham (HTS), la ahora disuelta coalición rebelde islamista dirigida por Al Shaara y heredera de la filial siria de Al Qaeda que derrocó al mandatario.
Amenaza de división
En paralelo, las tropas israelíes ocuparon toda la zona desmilitarizada entre Israel y Siria, según un acuerdo firmado en 1974, así como la ladera siria del estratégico Monte Hermón, en los Altos del Golán, con el pretexto de evitar que quienes derrocaron a Al Asad pudieran ser “una amenaza”.
También han avanzado hacia Damasco pese al gran descontento de la población local y con el silencio de la nueva administración siria.
El investigador en el Centro de Diálogo Sirio, Noras Alabdala, indicó a EFE que las declaraciones de Netanyahu se enmarcan en la “hostilidad a gran escala” demostrada por su Gobierno hacia las nuevas autoridades, que se basan en el “método” de fomentar la inestabilidad en el país.
“En general, la mayoría del pueblo sirio muestran un rechazo claro a los pretextos israelíes y la violación flagrante de la soberanía de Siria”, afirmó el analista, quien señaló además que la desmilitarización exigida a Siria constituye “amenazas de división de Siria” para impedir “su recuperación”.
Ocupación del sur de Siria
Por su parte, la politóloga israelí Carmit Valensi, directora del programa de investigación sobre Siria del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS, en inglés), entiende la preocupación israelí por la presencia de elementos armados vinculados a HTS cerca de sus fronteras, pero cree que el Ejecutivo de Netanyahu debería hacer más por buscar vías de diálogo con las nuevas autoridades.
“Tenemos que tomar parte, tenemos que buscar canales de comunicación y ser claros sobre nuestros intereses estratégicos, los suyos, y ver cómo podemos mitigar el posible conflicto”, explicó a EFE la investigadora.
Mientras, como denuncia Abdelrahman, Israel prosigue actuando libremente en Quneitra, bajo control “casi” completo de Israel, cuyas tropas pueden atacar “en cualquier momento que quieran desde dentro del territorio sirio”.
“Nadie puede impedir que Israel se mueva con mucha libertad en esas áreas”, lamenta el director del Observatorio, que defiende la necesidad de que exista una “posición árabe” para tratar de “impedir que Israel se expanda en el sur de Siria”, algo que no genera muchas esperanzas, dado el precedente en la Franja de Gaza.
Ante la falta de acción política, cientos de manifestantes sirios protestaron el lunes en Quneitra, Daraa y Sueida por las declaraciones de Netanyahu y portaron carteles donde se podía leer “No permitiremos ningún proyecto que divida a Siria” o la “Unidad de Siria es una línea roja”.
“Todo es posible, la situación en Siria no está en su mejor momento, pero la conciencia popular siria será la base para preservar la unidad nacional”, señala el activista, que afirma que “la abrumadora mayoría del pueblo sirio rechaza muchas de las declaraciones de Netanyahu y temen que puedan perseguir la división del territorio sirio”. EFE