Washington, (EFE) – La Casa Blanca aseguró este miércoles que está buscando la forma de abastecer el mercado ante la escasez sin precedentes en Estados Unidos de fórmula para lactantes, debido a los problemas de suministro globales y los problemas en una planta de producción.
En las últimas semanas, encontrar leche en polvo para bebés ha sido todo un reto para los padres en distintos estados del país, un asunto que se ha convertido en arma arrojadiza entre republicanos y demócratas y ha llevado al Gobierno federal a reaccionar.
Preguntada sobre los esfuerzos de la Casa Blanca para suplir la escasez de este producto, la portavoz presidencial Karine Jean-Pierre dijo a los periodistas este miércoles que este es un “tema urgente” sobre el que el Ejecutivo y la Administración de Fármacos y Alimentos (FDA, en inglés) trabajan las 24 horas.
Aseguró que en abril las ventas aumentaron un 10% respecto a marzo y que los “consumidores deberían poder hallar fórmula para lactantes en las tiendas”, aunque remarcó que las autoridades intentan garantizar que sea más accesible en colaboración con la industria.
Según datos de la página web Datasembly, un sitio citado por los medios estadounidenses que documenta la fluctuación de precios y existencias de productos, el abastecimiento de leche en polvo para bebés se mantuvo estable en la primera mitad de 2021.
Sin embargo, a partir de enero de 2022, la escasez de este artículo alcanzó una tasa del 23% y ha continuado empeorando con niveles que llegaron al 31% el mes pasado.
Los problemas de existencias se agudizaron en febrero cuando el fabricante Abbott retiró la fórmula que salía de su planta en Michigan y que se comercializaba bajo las marcas Similac, Alimentum y EleCare, después de que cuatro bebés sufrieran una infección bacteriana y dos de ellos fallecieran.
La FDA señaló que la bacteria Cronobacter sakazakii “pudo contribuir a causar la muerte de los dos pacientes”, mientras que Abbott concluyó en su propia investigación que era improbable que la leche para lactantes producida en su planta de Sturgis, en Michigan, fuera la fuente de la infección, aunque acabó retirando los productos.