El pasado 6 de septiembre la recien designado primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, visitó a la reina Isabel II con quien conversó sobre la conformación de su nuevo ejecutivo, después de la dimisión de Boris Johnson.
En la imagen de la audiencia de la reina con Truss, servida por Buckingham Palace, lo que destaca es el muy frágil aspecto físico de la monarca, de 96 años . Oficialmente, problemas de movilidad –en la foto Isabel II lleva un bastón– han impedido que, como en todas las citas anteriores para nombrar premier, la reina cumpliera con la ceremonia en el Palacio de Buckingham. Esta es la primera vez desde el reinado de Victoria (1837-1901) que tiene lugar en Balmoral, una de las residencias de verano de los Windsor.
Que la salud de Isabel II es una tema de estado lo prueba el hecho de que, a pesar del deterioro que se aprecia en la instantánea, los grandes medios de comunicación británicos han pasado de puntillas, sin hacer ninguna mención.