Houston. Los vestigios del huracán Harvey dejaron a su paso inundaciones devastadoras en la cuarta ciudad más grande de Estados Unidos y ocho muertos.
Helicópteros, botes y vehículos acuáticos recorrieron los vecindarios de Houston para ayudar a la gente a salir de sus casas o del agua turbia, la cual tenía un nivel tan alto que en algunos lugares alcanzó los segundos niveles.
La inundación fue tan extensa que las autoridades tuvieron problemas en identificar las áreas más afectadas. Exhortaron a la gente a trasladarse al nivel más alto de sus hogares para evitar quedar atrapadas en sus áticos, y que ondearan hojas o toallas para que atrajeran la atención a su ubicación.
Conforme el nivel del agua incrementó, el Servicio Meteorológico Nacional ofreció otro inquietante pronóstico: Antes de que la tormenta pase, algunas partes de Houston y sus suburbios podrían recibir hasta 1.270 milímetros (50 pulgadas) de lluvia. Esa sería la mayor cantidad registrada en Texas.
“El alcance e intensidad de estas precipitaciones es algo que nunca antes habíamos visto”, dijo el Servicio Meteorológico Nacional en un comunicado.
El promedio total de precipitaciones terminará en 1,016 milímetros (40 pulgadas) para Houston, señaló Patrick Burke, meteorólogo del servicio.
Brock Long, director de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés), dijo que se prevé que el gobierno conduzca una “misión de atención masiva” y predijo que las secuelas de la tormenta requerirán que la FEMA se involucre por años.
“Este desastre será un suceso memorable”, apuntó Long.
Los rescatistas tuvieron que darle prioridad a las situaciones que fueran de vida o muerte, dejando a familias desplazadas a su suerte. El principal centro de convenciones de la ciudad fue rápidamente abierto como refugio.
Prevén miles de millones en pérdidas
Los daños podrían alcanzar las decenas de miles de millones de dólares y se prevé que la economía de la región se contraiga. Harvey azota una zona de refinerías en la costa del Golfo, lo que se traduce en precios más altos de los combustibles. Los futuros de la gasolina subieron casi 4% después de haber subido 7% en las operaciones previas a la apertura del mercado.