ESCUCHA ESTA NOTICIA
|
El Tribunal Supremo de Estados Unidos emitió a finales de junio una sentencia histórica que reafirmó la autonomía de las redes sociales para establecer sus propias políticas de moderación de contenido. Esta decisión otorgó a plataformas como Facebook, Instagram, X (anteriormente Twitter), TikTok y YouTube el derecho de vetar o expulsar a usuarios y eliminar publicaciones. El fallo representa una victoria clave para estas plataformas y un revés para los estados de Texas y Florida, cuyas leyes pretendían limitar estas prácticas de moderación.
Los gobiernos de Texas y Florida, liderados por republicanos, habían impulsado legislaciones para restringir las decisiones de las redes sociales. Principalmente, alegando que estas medidas silenciaban voces conservadoras. Entre los temas censurados se encontraban afirmaciones falsas sobre el fraude electoral en las elecciones presidenciales de Donald Trump y la difusión de desinformación relacionada con las vacunas.
El debate está de vuelta
Tomamos el episodio arriba descrito tan solo como un punto de partida reciente. Casos como el arresto de Pável Durov, fundador de Telegram, por acusaciones relacionadas con la falta de moderación en Telegram; los arrestos en Reino Unido por desinformación tras los disturbios violentos con motivación étnica. Asimismo, las suspensiones de la red social X (antiguo Twitter) en Brasil y Venezuela o el enfrentamiento de la Unión Europea contra Elon Musk para que esa misma red cumpla con las normativas de contenido digital, especialmente en relación con la desinformación son tan solo cuatro ejemplos en apenas dos meses, los pasados julio y agosto, donde, sin duda alguna, emergió nuevamente, y como la espuma, el debate mundial sobre los alcances y los riesgos de las fake news y el debate sobre la regulación de las redes sociales.
El debate, que no es nuevo, sigue planteando las mismas preocupaciones sobre la desinformación, la privacidad y la manipulación política que se planteaban en 2018 cuando “explotó” el famoso caso de Cambridge Analytica. ¿Es posible regular desde los Estados las redes sociales sin comprometer la libertad de expresión?, ¿se pueden combatir las fake news y cómo?, ¿hay límites para la libertad de expresión? ¿Deben existir políticas específicas para controlar lo que se publica en la web? y ¿quiénes deben ser los sujetos responsables, los usuarios o las plataformas?
El duelo: Gobiernos vs. Redes Sociales
En marzo de 2018, las acciones de Facebook se desplomaron cuando salió a la luz el informe Cambridge Analytica, un escándalo de robo de datos que puso en jaque al imperio del propietario de Facebook, hoy Meta, Marc Zuckerberg.
Cambridge Analytica es una empresa que utilizó información indebidamente recolectada de cientos de miles de perfiles de Facebook y la utilizó para manipular a los votantes estadounidenses en la selección del 2016 cuando ganó Donald Trump.
A partir de ese momento, la idea de la autorregulación empezó a perder peso. Directa o indirectamente, las denuncias al expresidente y hoy candidato Donald Trump concientizaron a ciertos grupos que las redes sociales pueden ser un instrumento muy peligroso para la democracia.
Más allá de las consideraciones sobre si Trump fue culpable o inocente, este caso es considerado, sin duda, la génesis del “duelo”, pues puso en el centro del debate mundial los alcances y los riesgos de las fake news y el debate sobre la regulación que, desde ese entonces, camina por una línea fina entre la protección de los ciudadanos y la censura.
Muchos críticos argumentan que las regulaciones gubernamentales podrían limitar la libertad de expresión, especialmente en países con gobiernos autoritarios. En estos casos, las leyes podrían usarse para silenciar a opositores políticos o controlar la narrativa pública. Sin embargo, la falta de regulación también demuestra su peligrosidad para la estabilidad política al permitir la propagación de noticias falsas, discursos de odio y teorías conspirativas.
En 30 “rounds”
Distintos países han adoptado enfoques variados para regular las redes sociales. En Europa, el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) se erigió como modelo a seguir en cuanto a la protección de la privacidad en línea.
Mientras tanto, en China, el gobierno implementó una censura estricta, bloqueando plataformas como Facebook y Twitter y promoviendo redes sociales locales bajo su control. En Estados Unidos, los debates sobre la neutralidad de la red y la sección 230 de la Ley de Decencia en las Comunicaciones reflejan la complejidad del tema en un contexto de libertad de expresión.
Para ilustrar este duelo, recopilamos treinta casos, en varios países, que ilustran cómo camina ese debate hasta hoy.
EE.UU, al fragor de las campañas
Las regulaciones a las redes sociales forman parte de los temas influyentes en la carrera electoral hacia las elecciones de noviembre en EE.UU. Del lado de Donald Trump, el expresidente actual candidato republicano, ha expresado abiertamente su intención de tomar medidas drásticas contra Facebook y otras plataformas de redes sociales si vuelve a ganar la presidencia.
Trump, suspendido de Facebook tras los disturbios del 6 de enero de 2021 en el Capitolio, acusó a la plataforma de censura y de perjudicar a los conservadores. Su propuesta incluye la posibilidad de desmantelar o regular fuertemente estas compañías. Principalmente, argumentando que abusan de su poder para influir en la opinión pública y silenciar voces disidentes.
Por otra parte, el apoyo que Elon Musk, propietario de X, le muestra aa Trump también puede jugar un papel importante. Si bien esto podría atraer a votantes conservadores a la plataforma, podría alienar a otros grupos que ven la falta de moderación como un problema. Especialmente en el contexto de la desinformación.
Además, la percepción de que X está alineada con Trump podría polarizar aún más el discurso en la plataforma, afectando cómo se desarrollan las conversaciones políticas en línea en EE.UU.
En la otra acera, Kamala Harris planteó a inicios de este septiembre que se debe “regular el libre discurso” en el universo virtual y arremetió contra Elon Musk, dueño de X, señalando que “ha perdido sus privilegios y debería suspenderse”. Asimismo, sostuvo que “debe haber una responsabilidad que tengan que asumir estas redes sociales para entender su poder”.
En un discurso televisado, Harris manifestó que las redes sociales “le están hablando directamente a millones y millones de personas, sin ningún nivel de supervisión o regulación” y “eso tiene que parar”. Asimismo, señaló que “la conclusión de todo esto es que uno no puede tener una regla para Facebook y una regla diferente para X. Debe aplicarse la misma norma”.
Francia – Arresto de Pavel Durov, fundador de Telegram
A Pavel Durov, fundador de Telegram, lo arrestaron el pasado 24 de agosto en el aeropuerto de París por una orden relacionada con la falta de moderación en la plataforma, enfrentando cargos del gobierno francés por permitir actividades ilícitas como el lavado de dinero, tráfico de drogas y difusión de contenido pedófilo.
Sin embargo, críticos del gobierno de Emmanuel Macron aseguran que dicha detención pretendió cercenar la información de la participación de las potencias occidentales en los conflictos bélicos en Medio Oriente. El gobierno ruso, por su parte, reaccionó con furia contra el gobierno francés. El Kremlin calificó el hecho como un acto “indirectamente hostil” y una prueba del “doble rasero” de Occidente en materia de libertad de expresión. La detención de Durov solo duró 48 horas.
No obstante, la indignación rusa levantó ampollas entre los críticos del Kremlin. En 2018, las propias autoridades rusas intentaron bloquear Telegram. Pero fracasaron, retirando la prohibición en 2020.
Reino Unido – Arrestos por desinformación
En agosto de 2024, el Reino Unido escenificó disturbios motivados por desinformación difundida en redes sociales, lo que llevó a numerosos arrestos.
Los disturbios empezaron en la ciudad de Southport, en el noroeste de Inglaterra. Específicamente, luego que un adolescente atacara con un cuchillo un centro comunitario, matando a tres niñas e hiriendo de gravedad a cinco menores más y dos adultos.
Hordas de manifestantes salieron a las calles, animados por informaciones falsas publicadas en las redes sociales por grupos de extrema derecha que señalaban que el atacante era un inmigrante musulmán que había solicitado asilo en Reino Unido. El gobierno desveló que el responsable, Axel Muganwa Rubakubana de 17 años, nació en Gales, de padres originarios de Ruanda.
No obstante, la investigación del gobierno británico precisó que los disturbios se organizaron online, en plataformas como X, Telegram o TikTok, donde en grupos y públicamente se promueve sin censura la hostilidad contra la inmigración, sin diferenciar entre la regular e irregular. Los manifestantes atacaron mezquitas y hoteles conocidos por alojar a refugiados. Asimismo, incendiaron automóviles, lanzaron amenazas e insultos racistas, golpearon a personas que pensaban que eran extranjeras y se enfrentaron con la policía.
Irlanda – Prohibición de memes malintencionados
Irlanda trabaja en la promulgación de leyes para regular contenidos en línea, incluyendo memes que puedan considerarse malintencionados o que inciten al odio. El gobierno irlandés argumenta que busca luchar contra determinadas formas y expresiones de xenofobia y racismo. En 2022 la policía irlandesa (Gardaí) publicó un aumento de delitos con móviles de discriminación y contra la orientación sexual. La avanzada gubernamental genera preocupación por la libertad de expresión en el país.
Brasil – X obligado a abandonar el país
El conflicto del poder judicial de Brasil con X (anteriormente Twitter) por no cumplir con las regulaciones locales, desembocó el pasado 30 de agosto en la suspensión de la red social de Elon Musk en ese país. La decisión surgió tras el incumplimiento de la empresa en establecer un representante legal en el país, como se había ordenado previamente.
La decisión del juez Alexandre de Moraes, del Supremo Tribunal Federal (STF), también incluye una multa diaria de 50.000 reales a cualquier persona o empresa que utilice métodos como VPN para acceder a la plataforma. La Procuraduría General de la República (PGR) de Brasil respaldó la decisión de Moraes. Principalmente añadiendo la necesidad de que las empresas operen conforme a las leyes locales y respeten las normativas establecidas.
Moraes critica la actuación de X por intentar establecer un entorno de “tierra sin ley” en el país. Asimismo, destacó el impacto negativo en el tejido social y político brasileño.
Elon Musk, por su parte, viene denunciando censura en el país suramericano. No obstante, también coincide con su malestar con el gobierno de Lula Da Silva que acabó con el trato de favor del expresidente Jair Bolsonaro hacia sus empresas Starlink, Tesla y SpaceX.
Australia, también contra X
Australia ha intensificado sus esfuerzos para regular el contenido en plataformas como X, incluyendo la censura de publicaciones que inciten al odio o la desinformación. Esto incluye medidas legales significativas para combatir la difusión de contenido nocivo.
Unión Europea – Enfrentamiento con Elon Musk
La UE viene presionando a Elon Musk para que 𝕏 cumpla con las normativas de contenido digital, especialmente en relación con la desinformación. El bloque mantiene una serie de investigaciones y posibles sanciones por incumplimiento de la Ley de Servicios Digitales (DSA).
Venezuela – Gobierno contra X, TikTok y WhatsApp
El presidente Nicolás Maduro restringió el acceso a X argumentando la necesidad de controlar la desinformación y el discurso de odio luego de las pasadas elecciones del 28 de julio en ese país. El mandatario inicialmente informó que dicha suspensión sería por diez días. No obstante, se mantiene prolongada hasta que, dicho por funcionarios, representantes de la red social comparezcan y “se adhieran a las leyes venezolanas”.
El mandatario también cargó contra TikTok y el servicio de mensajería WhatsApp por las mismas razones por las que suspendió a X. No obstante, ambas plataformas operan en el país.
Maduro ha hecho público su posición de la necesidad de regular las redes sociales. Durante el acto de proclamación como presidente reelecto, declaró que era necesario “abrir un debate sobre el efecto permisivo de las redes sociales en la psiquis colectiva, en la educación de los niños, en la promoción de antivalores y en el daño del clima del país”. Asimismo, pidió al poder legislativo que abra un debate amplio e inclusivo “para que Venezuela vaya a la vanguardia en lo que tiene que ver con el tema”.
Colombia – Persecución a críticos por memes
En Colombia, durante el gobierno de Iván Duque, se registraron casos donde individuos enfrentaron persecución judicial por crear o compartir memes críticos hacia figuras políticas. Conocido como el “Ciberpatrullaje“, las medidas incluyeron rastreo de nombres, cuentas y direcciones IPs de miles de personas en redes sociales bajo suspuestos de actividad ilegal.
Ecuador – Bloqueo de plataformas digitales
Ecuador ha ejecutado bloqueos temporales o permanentes a plataformas digitales que se consideren una amenaza para la estabilidad del gobierno, especialmente durante las fuertes protestas que se vivieron en el país por las medidas económicas impulsadas por el expresidente Lenin Moreno.
Canadá – Leyes contra el humor digital
Canadá ha propuesto leyes para regular el contenido humorístico en línea, como parte de sus esfuerzos para combatir la desinformación y el discurso de odio.
Alemania – Multas por compartir memes políticos
Alemania multa a personas por compartir memes políticos que se consideren ofensivos o peligrosos. El país germánico impulsa la llamada NetzDG (Network Enforcement Act) o ley alemana de redes sociales. Una ley que permite retirar contenido, considerado ilegal, de las redes y que busca proteger tanto la expresión como la seguridad personal.
Aprobada en octubre de 2017, la ley prevé establecer un procedimiento o protocolo que permita revisar contenido en plataformas como Google, Facebook, Instagram y X.
España – Ley contra la desinformación
España está considerando leyes para combatir la desinformación en línea, lo que podría incluir restricciones sobre la creación y difusión de memes y otros contenidos digitales. Asimismo, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, anunció en julio reciente un plan contra la desinformación con medidas para identificar a los propietarios de medios y “proteger” a los periodistas.
Italia – Censura de contenidos críticos
Italia ha implementado medidas de censura en redes sociales y televisión. Principalmente, prohibiendo discursos que se consideran ofensivos o críticos con el gobierno, lo que incluye la cancelación de monólogos y la prohibición de contenido que cuestiona la administración actual encabezada por Giorgia Meloni.
Japón – Sanciones a creadores de memes
Japón ha comenzado a imponer sanciones a personas que crean y comparten memes considerados ofensivos o difamatorios.
Rusia – Censura total de redes sociales
Rusia reforzó su control sobre las redes sociales, censurando plataformas que no cumplan con las exigencias del gobierno. Desde que Vladimir Putin bloqueó Facebook, Instagram y X en marzo, Rusia se aleja de la Internet global a un ritmo acelerado. Un tránsito que inició en 2019 con la Ley de Internet Soberano, que da a los funcionarios el poder de bloquear el acceso a sitios web e impulsa la creación de la RuNet, el Internet ruso, entre varias medidas.
México – Criminalización de memes ofensivos
Estados en México han discutido leyes que podrían penalizar la creación y difusión de memes considerados ofensivos o peligrosos.
India – Bloqueo de plataformas de mensajería
India ha bloqueado 14 aplicaciones de mensajería cifrada, citando su uso por parte de terroristas para la comunicación, lo que ha generado críticas por considerarse un movimiento que compromete la privacidad y la seguridad de los ciudadanos.
Singapur – Prisión por memes virales
Singapur implementó leyes estrictas que penalizan la difusión de contenido falso o dañino, incluyendo memes. Las penas pueden llegar hasta 10 años de prisión, reflejando su enfoque severo en la regulación de la información en línea.
Sudáfrica – Control de la libertad en línea
Sudáfrica debate regulaciones para controlar el contenido en línea. Principalmente enfocándose en la moderación de contenido considerado ofensivo o que incite al odio, reflejando una tendencia global hacia una mayor supervisión digital.
Nueva Zelanda pone el ojo en los usuarios
El gobierno de Nueva Zelanda quiere identificar a los usuarios digitales y apoya una ley que proteja a los niños.
Arabia Saudita – Arrestos por memes ofensivos
Arabia Saudita intensificó los arrestos de ciudadanos por compartir memes y publicaciones en redes sociales que se consideran ofensivos hacia el gobierno o la religión. La acción refleja una estricta regulación de la libertad de expresión en línea.
Turquía – Detenciones por tuits satíricos
Al igual que Arabia Saudita, Turquía practica detenciones a individuos por publicar tuits satíricos que critican al gobierno, reflejando una tendencia punitiva sobre la libertad de expresión en línea en el país.
China – Censura general
Es ampliamente conocido en el mundo el estricto sistema de control chino. El gigante asiático controla todo el contenido en línea, desde memes hasta redes sociales, suprimiendo cualquier forma de disidencia política. Asimismo, promueve sus propias aplicaciones.
Filipinas – Regulación del humor en internet
Filipinas debate leyes para regular el humor y la sátira en internet. Principalmente con el objetivo de proteger la moral y el orden público, lo que refleja una tendencia hacia una mayor supervisión del contenido en línea.
Hong Kong – Censura de contenidos políticos
Hong Kong reforzó la censura de contenido en línea, especialmente después de la implementación de la ley de seguridad nacional, que limita la libertad de expresión.
Nigeria – Cárcel por contenidos ‘perturbadores’
Nigeria aprobó leyes que permiten la encarcelación de personas por crear o compartir contenidos en línea que se consideren perturbadores o subversivos.
Indonesia – Prohibición de memes críticos
Indonesia implementó leyes que prohíben la creación y difusión de memes que critiquen al gobierno o que se consideren ofensivos hacia la moral pública.
Egipto – Arresto de activistas digitales
El gobierno egipcio intensificó su represión contra activistas digitales, arrestando a personas que critican al gobierno o que organizan protestas a través de redes sociales.
Pakistán – Criminalización de la sátira en línea
Pakistán aprobó leyes que criminalizan la sátira en línea, especialmente cuando se dirige a figuras políticas o instituciones religiosas.
¿Hay un futuro en el debate sobre la regulación de las redes Sociales?
Todos los casos arriba expuestos apartan la idea de un único regulador. Más bien, apuntan a que cada país tendrá la responsabilidad de, en primer lugar, abrir el debate sobre el tema y establecer sus propias regulaciones, sin que esta sirva de óbice a las libertades de expresión y de culto.
Hay que aclarar el ecosistema digital ya está fuertemente regulado. Una primera regulación son los criterios de uso con los que son programadas las distintas plataformas. Lamentablemente, dicha programación no se basa en estándares de eficiencia o apelando al bien común de la ciudadanía, sino que muchas veces la mayoría las redes se diseñan en base a modelos de negocios.
En consecuencia, cabe preguntarse. ¿Sería posible pensar en un mundo de redes reguladas si otras tecnologías presentes en distintas ramas como la medicina o el rubro Automotriz están reguladas para evitar riesgos o controversias éticas? ¿Por qué la tecnología aplicada a la información y el entretenimiento no debería moderarse?
¿Es posible una regulación efectiva de las Redes Sociales?
El debate sobre las redes es, antes que nada, un debate político. En 2023, la UNESCO realizó una encuesta en 16 países donde consultaron a 8000 personas, el 85 por dijo tener preocupación por cómo las redes sociales incidían en el panorama político de sus países.
Son súmamente conocidos los riesgos potenciales en las redes. Uno, el que hablamos en este texto, la información. Otros, que derivan de entregarle a un algoritmo nuestros datos y, con ellos, el gobierno de nuestras vidas. Una cosa aún más subjetiva, con nuestros teléfonos moldeando el mundo a nuestra medida según nuestros gustos, opiniones políticas y creencias. Una realidad que debilitó esa idea romántica e idealizada de la web y las redes “libres” y “gratuitas”.
No obstante, la implementación de políticas digitales parecería ser un segundo objetivo secundario en la región. Al menos eso es lo que parece desprenderse de los planes de gobiernos de los distintos países, más preocupados en extender la conectividad a personas que todavía no cuentan con acceso a internet que en regular las redes, como ocurre con cada bien de necesidad básica.
A medida que la tecnología sigue avanzando, los gobiernos deberán adaptar sus políticas para abordar nuevos desafíos. La inteligencia artificial y el contenido generado automáticamente en redes sociales añaden otra capa de complejidad al futuro. En este contexto, la colaboración internacional será crucial para lograr un equilibrio entre la protección del usuario y la preservación de los derechos fundamentales.