Buenos Aires. La exmandataria argentina Cristina Fernández volvió este lunes a los tribunales para seguir escuchando los cargos que se le imputan en el juicio en su contra por presunta asociación ilícita y fraude en la concesión de obra pública durante su mandato.
Se trata de la segunda audiencia de la primera vista oral a la que se enfrenta la actual senadora, que tiene fueros y no puede ser detenida, pero sí juzgada y eventualmente condenada.Tras la sesión inaugural del martes pasado, que generó enorme expectación, tanto en la prensa como en el panorama político, Fernández acudió a los juzgados federales de Buenos Aires con un bajo perfil, de nuevo sin dar declaraciones a la prensa y manteniendo hasta el último momento la duda de si iría.
Y es que el viernes pasado, el tribunal encargado del caso la autorizó a no acudir a las primeras sesiones -en las que se leen las acusaciones- siempre que acredite que se superponen con su labor como senadora. Sin embargo, este lunes no hubo sesión en el Senado y finalmente asistió.
Dentro, y durante las poco más de cuatro horas que duró la sesión -con un breve descanso a mitad- la viuda del también expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) volvió a sentarse junto a su abogado Carlos Beraldi en la última fila, y pasó el tiempo consultando su teléfono móvil y lejos del resto de imputados.
Entre ellos, el empresario Lázaro Báez; su exministro de Planificación Federal Julio De Vido y el exsecretario de Obras Públicas José López. Como en la primera sesión, los secretarios del tribunal narraron los cargos imputados por los fiscales Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques.
“Los expresidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández montaron una matriz de corrupción en la realización de obras viales con fondos nacionales en la provincia de Santa Cruz con el objeto de enriquecer ilegítimamente a Lázaro Báez a expensas del erario antecedente necesario buscando el propio enriquecimiento de la familia Kirchner”, leyó uno de los secretarios.