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Europa se muestra cautelosamente optimista ante la postura del presidente electo de EE.UU., Donald Trump, sobre el conflicto en Ucrania y no espera la capitulación de Ucrania con su llegada a la presidencia, informa Financial Times.
Según el periódico, Trump lleva mucho tiempo insistiendo en que poner fin al conflicto es una prioridad. Por su parte, en Bruselas, crece una expectativa de que habrá un alto el fuego, si no algún tipo de acuerdo, el próximo año.
Personas cercanas a Michael Waltz, el congresista elegido por Trump como asesor de Seguridad Nacional, y otros miembros del equipo de política exterior del presidente electo, han hablado de una versión de escenario coreano, con fronteras temporales acordadas y la zona desmilitarizada. Sin embargo, en este caso, surgen cuestiones críticas de cómo hacer cumplir un acuerdo de este tipo ante una avalancha de avances rusos en el frente.
En cuanto a la vigilancia de un acuerdo, los partidarios de Trump están seguros de que no desplegaría ni un solo soldado estadounidense. Además, descartan el uso de fuerza de cascos azules de la ONU, dado el punto muerto en el que se encuentra el Consejo de Seguridad. En este caso, según FT, aparece la opción de que las fuerzas europeas se encarguen del control. Sin embargo, los políticos europeos pueden argumentar que solo desplegarán tropas en determinadas condiciones.
Asimismo, los líderes europeos se muestran optimistas ante la posibilidad de que Trump los escuche. “Trump quiere resolverlo, pero no a cualquier precio”, dijo a FT un alto funcionario europeo. “No puede ser una capitulación de Ucrania”, añadió.
El periódico también subraya que el presidente electo de EE.UU. también podría ofrecer a Ucrania garantías de seguridad, aunque sin comprometerse a que el país forme parte de la OTAN.
- Rusia ha subrayado en repetidas ocasiones que para lograr la paz, Kiev debe renunciar a sus ambiciones de ingresar en la OTAN, retirar completamente sus tropas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk y de las provincias de Zaporozhie y Jersón (incorporadas a Rusia después de consultas populares en 2022) y reconocer a estos territorios, así como a Crimea y Sebastopol, como sujetos de la Federación de Rusia. Además, debe garantizarse la neutralidad, no alineación, desmilitarización y desnazificación de Ucrania.