Washington. Estados Unidos aseguró que Rusia está “revisando sus objetivos” en la guerra de Ucrania y planea centrarse en el este y en parte del sur en lugar de tratar de invadir todo el país, y pronosticó que la nueva fase del conflicto será “larga”.
Así lo indicó Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien confirmó además que Washington impondrá esta semana nuevas sanciones contra Moscú por la presunta matanza llevada a cabo por tropas rusas en Bucha.
“Creemos que Rusia está revisando sus objetivos de guerra, están reposicionando sus fuerzas para concentrar sus operaciones ofensivas en el este de Ucrania y parte del sur, en lugar de atacar la mayoría del territorio”, dijo Sullivan en una rueda de prensa.
El asesor de Biden atribuyó ese presunto cambio en la estrategia rusa a que los militares y civiles ucranianos han defendido su país “excepcionalmente bien”, y a que el Kremlin se ha dado cuenta de que “Occidente no se va a quebrar” en su apoyo a Ucrania. “Todo indica que Rusia intentará rodear y abrumar a las fuerzas ucranianas en el este de Ucrania”, subrayó Sullivan, que pronosticó un movimiento de las tropas rusas que están en el norte hacia “la región que rodea el Donbás en el este” del país.
Para “proteger cualquier territorio” que tome en el este, Rusia podría extender su presencia militar “más allá de las provincias de Lugansk y Donetsk”, en otras zonas cercanas de Ucrania; y es probable que en el norte “mantenga la presión sobre Járkiv”, tras su retirada de Kiev, explicó.
El portavoz del Pentágono, John Kirby, añadió en otra rueda de prensa que, por ahora, todo apunta a que los soldados rusos que se retiraron la semana pasada de las cercanías de Kiev se han movido hacia el norte, hacia Bielorrusia, pero que es probable que cuando esas tropas se reabastezcan, se trasladen al Donbás.
En el sur, Sullivan pronosticó que las tropas rusas “harán lo posible para intentar retener la ciudad de Jersón”, para seguir controlando el suministro de agua a la península de Crimea, y “tratar de bloquear Mikoláiv”, para que las tropas ucranianas no puedan recuperar Jersón.
Rusia “seguirá probablemente lanzando ataques aéreos y de misiles en el resto del país” para provocar daños económicos y “causar terror”, algo que podría afectar a ciudades como Kiev, Odesa, Járkiv y Leópolis, porque el objetivo ruso es “debilitar todo lo posible a Ucrania”, afirmó.
Matanza de Bucha
La matanza de civiles cometida por las tropas rusas en su retirada de la localidad ucraniana de Bucha ha causado una oleada de horror e indignación en la comunidad internacional, algunos de cuyos miembros han pedido nuevas y más duras sanciones contra Rusia y otros, como el presidente de Estados Unidos, han abogado por que el líder ruso, Vladimir Putin, pueda ser juzgado por crímenes de guerra.
Las autoridades ucranianas han denunciado el hallazgo de más de 400 cadáveres en las calles de Bucha, la localidad del norte de Ucrania, cercana a Kiev, que estuvo asediada por las tropas rusas durante semanas y donde, tras su retirada, se descubrieron cientos de cadáveres en sus calles, algunos con las manos atadas a la espalda, como han documentado sobre el terreno reporteros de medios internacionales.
Human Rights Watch (HRW) afirmó tener indicios de que el Ejército ruso ha cometido posibles crímenes de guerra en las áreas bajo su control, entre ellos ejecuciones sumarias de civiles, mientras que el Gobierno ruso ha rechazado de manera categórica la participación de sus soldados en esas supuestas matanzas.
A juicio de Biden, su homólogo ruso debería ser juzgado por crímenes de guerra en particular por la masacre de Bucha.
Alemania expulsa a 40 diplomáticos rusos
La matanza ya ha tenido consecuencias diplomáticas en Alemania, cuyo gobierno ha declarado “persona non grata” a 40 diplomáticos rusos de la embajada de Berlín, a los que se ha instado a abandonar el país, informó la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock. Se trata de personas que “día a día trabajan contra nuestra libertad y contra nuestra cohesión social”, según el comunicado emitido por Exteriores, donde se alude a la “increíble brutalidad” de la cúpula rusa, plasmada en las imágenes procedentes de Bucha. Por su parte, el presidente alemán, Frank Walter Steinmeier, ha admitido su “error” de apreciación, por haber defendido la necesidad de llevar adelante el gasoducto germano-ruso Nord Stream 2.