La Habana. El ministro español de Exteriores, Josep Borrell, expresó su “rechazo rotundo” al bloqueo que EEUU impone a Cuba y, en particular, a la aplicación de la ley Helms-Burton, que España “combatirá” por ser “un abuso de poder” y no ser acorde al derecho internacional por las sanciones que impone.
Gobierno de Donald Trump en una conversación con periodistas en La Habana en la que hizo balance del histórico viaje de los reyes de España a Cuba, el primero de carácter bilateral de un monarca. En las reuniones mantenidas con el Gobierno de Miguel Díaz-Canel durante la visita de Felipe VI, Borrell remarcó que uno de los asuntos principales que se abordaron fue el de las consecuencias económicas que el bloqueo de EEUU está generando en la isla.
“Vamos a llamar a las cosas por su nombre”, subrayó Borrell al hablar con claridad de “bloqueo”, en vez de embargo, el término usado tradicionalmente por la diplomacia española.
Tras asegurar que el Gobierno español “rechaza rotundamente” la actitud de EEUU hacia Cuba, añadió: “No aceptamos y combatiremos las medidas ultraterritoriales que tratan de imponer, porque no es acorde con el derecho internacional imponer sanciones extraterritoriales”.
El bloqueo al país caribeño se endureció el pasado mes de mayo cuando Trump activó los títulos III y IV de la ley Helms-Burton, que dan vía libre a demandas contra compañías que se lucren de antiguas propiedades privadas confiscadas tras la Revolución cubana de 1959, lo que afecta a empresas españolas con negocios en el país caribeño, en especial las del sector turístico.
“Haga leyes y aplíquelas a sus ciudadanos, pero al resto del mundo es un abuso de poder que la Unión Europea ha condenado”, reprendió Borrell, quien el 1 de diciembre asumirá el cargo de jefe de la diplomacia europea.
Borrell elogia apertura de Barack Obama
Frente al comportamiento de Trump, Borrell contrapuso la “gran apertura” que supuso el mandato de Barack Obama al frente de la Casa Blanca, que “generó una esperanza de normalización en las relaciones económicas del mundo con Cuba” y “alivió tensiones”. También contribuyó a que el régimen cubano facilitara el negocio de los trabajadores privados o cuentapropistas.