Recife (EFE). El alto nivel de abstención y un amplio rechazo al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, y al exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, quienes el próximo domingo se enfrentan en la segunda vuelta de las presidenciales de Brasil, juegan un papel clave en los comicios.
En la primera vuelta, celebrada el 2 de octubre, de los 156,5 millones de brasileños facultados para votar unos 32,7 millones (20,9 %) dejaron de ir a las urnas y la tendencia, ya sin las elecciones legislativas, es que ese número aumente en esta segunda vuelta.
La analista y doctora en Ciencias Políticas Priscila Lapa considera que el país pasa por el «fenómeno de alineación electoral», con un «comportamiento» de «desconfianza y falta de credibilidad» por parte de muchos electores.
«El crecimiento de la abstención es por la falta de confianza en la política y sus instituciones, con gran parte del electorado desconectado a pesar de la polarización», ha afirmado Lapa en declaraciones a EFE.Combo de los dos candidatos a la presidencia de Brasil: el atual mandatario, Jair Bolsonaro, y el expresidente Lula da Silva.
Una multa «irrisoria» por no votar
En Brasil el voto es obligatorio para las personas de entre 18 y 70 años y facultativo para los jóvenes entre 16 y 18 y los mayores de 70, pero la multa por la infracción de dejar de votar es tan solo de 3,5 reales (unos 70 centavos de dólar), un valor «irrisorio», según Lapa.
En Sao Paulo, la periodista y empresaria Angélica Pellicer señala que con la polarización y el clima «hostil» se tornó «difícil escoger en quién votar» entre Lula, que terminó al frente en la primera vuelta (48,4 %), y Bolsonaro (43,2 %), y por eso votará en blanco.
«Por un lado tenemos un candidato sin escrúpulos y actitudes inaceptables para un jefe de la Nación, especialmente al frente de la pandemia, y por el otro a uno de los protagonistas del mayor escándalo de corrupción, con procesos anulados pero no inocente», subraya.
Pellicer forma parte del 4 % atribuido al grupo de personas que votarán en blanco o anularán el voto por las últimas encuestas de intención de voto, que dan un empate técnico por el margen de error entre ambos candidatos, pero mantienen a Lula al frente (49 % a 45 %).
Más de 17 millones de indecisos
De igual manera, el centro demoscópico Quaest apuntó en un reciente sondeo que el número de indecisos, entre ellos los que se abstuvieron o votaron a otros candidatos en la primera vuelta, representa ahora el 11 % (unos 17,2 millones).
Para el coordinador de la maestría en Políticas Públicas de la Universidad Federal de Pernambuco (UFPE), Ernani Carvalho, «ese campo de los indecisos puede favorecer a Lula, porque él tuvo una diferencia de seis millones de votos» a favor y puede rescatar más de ese grupo.
Y para Lapa, entre los que se abstuvieron pueden estar mayoritariamente electores de Lula si se tiene en cuenta la amplia ventaja en los sondeos previos a la primera vuelta, de hasta catorce puntos de diferencia, que tenía a su favor el exlíder sindical.
El alto grado de rechazo a Bolsonaro (50 %) y a Lula (46 %) puede igualmente pesar en el momento del voto, pues, según las encuestas, el 10 % del electorado en primera vuelta escogió el mismo día a su candidato, independiente de que la mayoría dice que ya lo tiene.Ciudadanos esperaban en una fila para votar en Río de Janeiro, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, el pasado 2 de octubre. EFE/Andre Coelho
El mal menor
En Brasilia, la trabajadora independiente Letícia Gonçalves de Oliveira, de 19 años, expresa que depositará su voto a favor de Bolsonaro, pero reconoce que preferiría votar a un candidato diferente de la llamada «tercera vía».
«La verdad, no me gusta ninguno de los dos. Rechazo a los dos. Pero no es cuestión de gusto, uno tiene que elegir pensando en la economía, en la sociedad, pensando en el bien colectivo y voy a votar a Jair Bolsonaro porque creo que Lula no es una buena opción», asegura.
En la misma línea, el estudiante Adilson André da Silva, de 19 años, dice que en la primera vuelta votó a Bolsonaro, a pesar de que prefería «no votar a ninguno de los dos», pero se tiene que «escoger» a uno.
El politólogo Arthur Leandro, profesor de la UFPE, recordó que por primera vez se enfrentan dos candidatos que ya estuvieron en el poder: Lula, en dos mandatos, y Bolsonaro, actualmente, y eso «configuraba un escenario natural de polarización».
De acuerdo con Alex Ribeiro, doctor en Historia Política de la Universidad Federal de Bahía (UFBA), la disputa actual pasa por una «negación a la política», lo que lleva a una «gran abstención» en la que «la antipolítica se convirtió en la tercera vía».