CIUDAD DEL VATICANO (AP) — El Vaticano destituyó el viernes al arzobispo de Guam, quien estaba suspendido, y le ordenó que no regresara a la isla, luego de hallarlo culpable de varios cargos en un juicio de abuso sexual.
La Santa Sede no dijo de qué cargos específicamente se le halló culpable a Anthony Apuron, pero la sentencia fue mucho más leve que las sentencias dadas a prelados de alto perfil hallados culpables de abusar sexualmente de menores de edad. Equivale a un retiro antes de tiempo en cualquier parte del mundo excepto Guam, territorio estadounidense de ultramar en el Pacífico.
Al arzobispo de 72 años le faltan tres años para alcanzar la edad para retirarse.
El portavoz del Vaticano rehusó hacer declaraciones. El juez del tribunal no contestó mensajes en busca de comentarios. No se supo de inmediato dónde estaba Apuron, pero el mes pasado estuvo en Roma.
El papa Francisco nombró a un administrador temporal para Guam en 2016, luego que exmonaguillos acusaron a Apuron de abusar sexualmente de ellos cuando él fue sacerdote. Desde entonces han surgido decenas de casos relacionados con otros sacerdotes en la isla y la arquidiócesis enfrenta demandas civiles por presuntos abusos sexuales de sacerdotes valoradas en más de 115 millones de dólares.
Apuron negó vehementemente los cargos y dijo que él fue víctima de una campaña de “calumnias”. No se le acusó de cargos criminales. El plazo para presentar demandas había expirado.
Un comunicado del tribunal en la Congregación para la Doctrina de la Fe, que administra casos de abuso sexual, dijo que Apuron había sido hallado culpable de algunos de los cargos que se le presentaron. Indicó que existía una orden de destituirlo y que ya no podía vivir en la arquidiócesis de Guam.
Apuron puede apelar la condena y la sentencia, en cuyo caso los castigos son suspendidos hasta que el caso se resuelva.
Anteriormente, cuando el Vaticano ha hallado culpable de abuso sexual de niños a un sacerdote mayor de edad o enfermo, muchas veces el condenado ha sido retirado del ministerio y sentenciado a vivir en “penitencia y oración”. Los sacerdotes jóvenes han sido secularizados, retirados del ministerio o se les ha prohibido que se presenten como sacerdotes.
