Roma. El papa Francisco afirmó que “la educación no debe ser un privilegio” sino “accesible a todos” y pidió “una universidad que huela a carne de pueblo y que no pisotee las diferencias”, durante una visita a la Universidad Gregoriana de Roma, que gestiona la Compañía de Jesús.
Citando épocas pasadas, afirmó en su discurso que se podría pensar que antes “la educación era un privilegio” pero que es “una condición que aún no se ha extinguido”, añadió.
Asimismo, advirtió contra la Inteligencia Artificial: “Ningún algoritmo podrá sustituir a la poesía, la ironía y el amor” y “los estudiantes deben entrar en contacto con sus propias emociones”, aseguró. Francisco también destacó la importancia de que en las universidades haya “menos sillas y más mesas sin jerarquías, una al lado de la otra”, así como en la necesidad de “transformar el espacio académico en una casa del corazón”.