El papa Francisco llamó hoy a “no juzgar” sino acoger y aceptar la “realidad personal y social” de los demás porque, dijo, “Dios ama a todos”, durante su mensaje de introducción del rezo del Ángelus mariano del domingo.
En su opinión es preciso que las personas tengan “una mirada que no juzgue” y que sea “acogedora”.
“No juzguen, no juzguen la realidad personal, social, de los demás ¡Dios ama a todos! No juzguen, dejen vivir a los demás y traten de aproximarse con amor”, señaló el pontífice repasando el Evangelio y saliéndose del discurso que tenía escrito.
Francisco sostuvo que “la mayor enfermedad de la vida” es “la falta de amor”, no el cáncer, la tuberculosis o la pandemia.
“¿Cuántas veces nos lanzamos a remedios equivocados para saciar nuestra falta de amor? Creemos que lo que nos hace feliz es el éxito y el dinero, pero el amor no se compra, es gratuito. Nos refugiamos en el mundo virtual, pero el amor es concreto”, dijo.
Y agregó: “No nos aceptamos como somos y nos escondemos detrás de los trucos de la exterioridad, pero el amor no es apariencia”.
Por eso, a su juicio, la pandemia ha hecho comprender al mundo “la importancia del contacto y de las relaciones”.
Tras su catequesis, una vez rezado el Ángelus ante los fieles que le escuchaban desde la plaza de San Pedro a pesar del intenso calor, Francisco celebró la primera Jornada por la Paz en Oriente Medio y llamó a “la convivencia fraternal” en esa región donde, dijo, “la fe cristiana está viva pese al sufrimiento”.
Y, con motivo de la fiesta de los apóstoles San Pedro y San Pablo, el 29 de junio, pidió a los fieles que rezaran por él: “Recen de una forma especial, el papa necesita de vuestras oraciones. Gracias, se que lo haréis”, esperó.