Roma. El papa criticó a los católicos que “debaten y exponen todo tipo de teorías”, pero “no conocen ni siquiera a un pobre por su nombre,” o “no han visitado a un enfermo durante meses”.
Así habló en su homilía en la misa de sufragio dedicada a los cardenales y obispos fallecidos durante el año que se celebró el miércoles en la basílica de San Pedro.
“Hay cristianos que comentan, debaten y exponen teorías, pero no conocen ni siquiera a un pobre por su nombre, no han visitado a un enfermo durante meses, nunca han alimentado o vestido a alguien, nunca han hecho amistad con alguien con necesidad”, dijo Francisco en una homilía sobre cómo debe ser la vida del cristiano en espera de la muerte y del juicio divino.
Por ello, señaló: “Las cosas de aquí abajo no subirán allí: las mejores carreras, los mayores logros, los mayores prestigios, las riquezas acumuladas y las ganancias terrenales, todo se desvanecerá en un momento. Y todas las expectativas puestas en ellas se verán defraudadas”.
El pontífice criticó el “esfuerzo y energía” gastados en estas cosas: “Nos hacer perder de vista el sentido del viaje, la meta del viaje, el infinito al que tendemos, la alegría por la que respiramos”.
Y recordó en esta misa de Difuntos que ante el “tribunal divino”, “el único mérito y acusación será la misericordia hacia los pobres y descartados”.
Francisco denunció que se tiende a poner excusas y concluyó que “se discute mucho y se hace poco”, de modo que “se buscan respuestas más frente al ordenador que frente al Crucificado, en Internet, y no en los ojos de los hermanos”.
“Hoy el Señor nos recuerda que la muerte viene a hacer la verdad de la vida y elimina todos los atenuantes de la misericordia. Hermanos, hermanas, no podemos no podemos decir que no lo sabemos”, advirtió en su homilía, que leyó sentado debido a sus problemas de rodilla.