El mundo espera en vilo el inicio del segundo mandato de Donald Trump, cuyas amenazas sobre Groenlandia, Canadá y el canal de Panamá han servido de aperitivo de una política exterior que se perfila más transaccional, con la negociación de acuerdos bilaterales, que aislacionista.
La incertidumbre que precedió a la llegada al poder de Trump en 2017 se ha diluido levemente ante su investidura este 20 de enero: los núcleos de poder mundiales ya conocen la forma de operar del magnate inmobiliario, que revolucionó el orden internacional con sus amenazas, aranceles y retiradas de acuerdos clave.
Si hace ocho años muchas capitales temían sobre todo una deriva aislacionista de Estados Unidos, ahora el debate se centra más bien en cómo negociar con Trump para salir bien parados, especialmente en las regiones más vulnerables a las decisiones de Washington, como Europa y Latinoamérica.
“Cuando Trump tome posesión, otros países se lo pensarán dos veces antes de estafar a nuestro país”, dijo recientemente en un comunicado una portavoz del presidente electo, Anna Kelly.
Aunque la palabra “multilateralismo” sigue fuera del vocabulario de Trump, sus declaraciones sobre Groenlandia o el canal de Panamá demuestran que, lejos de replegarse, tendrá una política exterior asertiva, centrada en lo que percibe como intereses estratégicos y sin renunciar a impulsos imperialistas. La gran diferencia entre el escenario mundial durante el primer mandato de Trump y el actual son las guerras de Ucrania y Gaza, que comenzaron cuando él ya estaba fuera de la Casa Blanca y a las que ha prometido poner fin casi instantáneamente.
Europa
Aunque nadie en Ucrania espera el acuerdo de paz en 24 horas que Trump llegó a vaticinar, muchos mantienen la esperanza de que el líder estadounidense consiga obligar a Rusia a firmar una paz sólida y con garantías de seguridad para Kiev.
Sin embargo, también temen que el republicano, conocido por su afinidad con el presidente ruso, Vladímir Putin, decida cortar el grifo de la ayuda a Ucrania para forzarla un arreglo que la vuelva a dejar desprotegida.
A ese temor se añade el de la Unión Europea (UE) de quedar al margen de una negociación de paz que necesariamente afectaría a su futuro, especialmente si Ucrania pierde territorio y después se suma al bloque comunitario o a la OTAN.
La UE que recibe a Trump ya no es la que contó con la alemana Angela Merkel como contrapeso del republicano. Ahora, los centros de poder en Alemania y Francia están debilitados y la extrema derecha en pleno auge, el bloque tiene menos margen de maniobra ante las presiones de un Estados Unidos del que aún depende enormemente. Trump ha demostrado que “no le interesa” dialogar con los Veintisiete en su conjunto, por lo que la UE podría ver mermados sus intereses lo que dependerá de “cómo decidan relacionarse algunos países europeos” con él, según la investigadora Carlota García Encina, del Real Instituto Elcano.
“¿Vamos a ser capaces de mantenernos unidos, o va a haber alguno que decida sacar provecho del cauce exclusivamente bilateral para sacar ventaja?”, planteó García Encina a EFE.
A esa última vía prometen apuntarse los dos grandes aliados de Trump en Europa, la italiana Giorgia Meloni y el húngaro Viktor Orbán, este último aislado en la UE, pero muy valorado por la Casa Blanca entrante, interesada en dar alas a ese tipo de líderes en el viejo continente.
La interferencia del aliado trumpista Elon Musk a favor de la extrema derecha en el proceso electoral alemán ha irritado a Berlín, donde el canciller Olaf Scholz ha dejado clara su oposición a la idea de Trump de aumentar al 5 % del PIB el gasto en Defensa dentro de la OTAN.
Pero Trump no parece dispuesto a ceder y no sería de extrañar que Estados Unidos “cambiara las posturas de sus tropas” en Europa para “recompensar” a los países que llegan al 2 % del PIB en defensa y “castigar” a los que no, como España, dijo a EFE el director para Europa del centro de estudios estadounidense Atlantic Council, Jörn Fleck. Las pretensiones de Trump de controlar Groenlandia han desatado las alarmas desde Copenhague hasta Bruselas, pero líderes como el presidente francés, Emmanuel Macron, abogan por no ser “débiles ni derrotistas”.
Latinoamérica
Como en el caso de Groenlandia, la voluntad de Trump de que Canadá se convierta en el estado número 51 y el canal de Panamá vuelva a manos estadounidenses revelan un impulso expansionista que se alinea en buena medida con la “Doctrina Monroe” de 1904, que atribuía derechos unilaterales a EE.UU. sobre el continente americano.
Trump ya enarboló en su primer mandato esa doctrina, vilipendiada en Latinoamérica, pero todo apunta a que en los próximos cuatro años la abrazará sin tapujos, dada la creciente influencia china en el continente y su promesa de combatir la inmigración ilegal y las drogas.
“Es casi seguro que Latinoamérica cobrará un mayor protagonismo en el segundo mandato de Trump, al menos al principio”, dijo a EFE la analista y exdirectora del programa para América Latina en el Wilson Center, Cynthia Arnson. Rodeado de ‘halcones’ hispanos como Marco Rubio y Mauricio Claver-Carone, hay pocas dudas de que el presidente electo “vuelva a imponer sanciones al petróleo de Venezuela”.
Oriente Medio
Durante sus primeros cuatro años en el poder, Trump se ganó la amistad de Benjamin Netanyahu a base de regalos a Israel: Jerusalén como capital, los Altos del Golán, acuerdos con países árabes y un plan de paz que contemplaba el control israelí de parte de Cisjordania.
Sin embargo, el republicano no quería volver a la Casa Blanca con la guerra en Gaza activa, y su presión a Israel ha sentado las bases para el acuerdo de alto el fuego anunciado esta semana. Pero esa tregua no equivale por ahora a una paz duradera y los palestinos temen que, a cambio, la ultraderecha israelí proceda a una anexión de facto en Cisjordania con la aprobación tácita de Trump.
Asia
Trump culpa de casi todos los males de la economía estadounidense a China, a la que ha prometido castigar con aranceles de hasta el 60 % y, aunque Pekín ya prepara posibles contramedidas, aún confía en persuadir a EE.UU. de cambiar de rumbo, posiblemente con la ayuda de Musk, dados los intereses de ese magnate en el gigante asiático. Los expertos chinos creen que el país está mejor preparado para Trump que en su primer mandato y que Pekín avanzará en paralelo para lograr la autosuficiencia tecnológica y diversificar su comercio.
África
En su primer mandato, Trump “no mostró ningún interés real en el continente” africano y lo más probable es que ahora siga tratándolo “como un actor periférico”, afirmó a EFE el profesor keniano David Monda, que imparte Ciencias Políticas en la City University de Nueva York.
Pero habrá excepciones: Egipto y Marruecos prometen mantener su importancia estratégica para Washington y Rabat confía en dar continuidad a la decisión de Trump de reconocer la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental.
“Debemos mantenernos comprometidos”
El presidente saliente estadounidense, Joe Biden, pasó este domingo su último día completo en el cargo en Carolina del Sur, el estado que afianzó su candidatura a las elecciones en 2020, y además de hacer un llamamiento a la esperanza subrayó: “No me voy a ninguna parte”. “Debemos aferrarnos a una esperanza. Debemos mantenernos comprometidos, mantener siempre la fe en que un día mejor está por venir. No me voy a ninguna parte”, dijo el mandatario, de 82 años, en la localidad de Charleston. En una visita a ese mismo estado en enero de 2024 ya había subrayado que no estaría en el poder sin la gente de Carolina del Sur. “Ustedes son la razón por la que soy presidente”, les dijo entonces.
El mandatario saliente incidió en esa misma idea: “No estaría en este púlpito sin Jim Clyburn”, señaló en referencia al apoyo recibido por parte de ese congresista estatal.
Las personas de confianza
Kristi Noem
La secretaria de Seguridad Nacional captó atención a nivel nacional con su abierto rechazo a los mandatos de uso de mascarillas y las medidas de confinamiento durante la pandemia de Covid.
Tom Homan
Zar de la Frontera con décadas de carrera como agente de control fronterizo de Estados Unidos, es un expolicía que una vez dirigió el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Marco Rubio
Secretario de Estado. Es un veterano funcionario público que en el pasado apoyó una reforma migratoria bipartidista.
Michael Waltz
Asesor de seguridad nacional. Veterano condecorado de las fuerzas especiales militares, es un congresista que representa a Florida.