Las labores en el FBI se han ralentizado, en medio del caos ocasionado por los despidos y cambios de personal iniciados por la nueva administración del presidente Donald Trump, informa The Wall Street Journal.
Un funcionario aseguró al rotativo que a algunos empleados del FBI que trabajan en investigaciones criminales o de seguridad nacional se les ha proporcionado un listado con nombres y direcciones de presuntos inmigrantes irregulares.
De igual manera, otras fuentes del diario mencionaron que Emil Bove, un alto funcionario del Departamento de Justicia, ordenó que los grupos antiterroristas, que fueron formados después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, se unieran a la campaña antinmigración promovida por Trump.
Sin embargo, comentaron que Bove desistió, luego de que funcionarios justificaran que dicha reasignación apartaría a los agentes de vigilar a posibles terroristas. Los asistentes de Kash Patel, el candidato a ser el próximo director del FBI, indicaron que se espera que se reduzcan las tareas de contrainteligencia y antiterrorismo bajo su liderazgo.
También señalaron que existe la probabilidad de que Patel reasigne a sus agentes, que investigan casos de fraude de valores y violaciones antimonopolio, a combatir el tráfico de drogas y crímenes violentos en la calle. El Gobierno de EE.UU. declaró que trasladará a 38.000 agentes, analistas y expertos técnicos del FBI a perseguir la inmigración ilegal.
Temores ante una ola de despidos
El WSJ reportó que las autoridades estadounidenses han recopilado información de funcionarios que participaron en las pesquisas contra Trump, por lo que se han generado temores de despidos masivos. Hasta el momento, más de dos docenas de altos funcionarios de carrera, tanto del FBI como del Departamento de Justicia, así como decenas de fiscales, han sido destituidos.
Por su parte, la Asociación de Agentes del FBI sostuvo que ciertos empleados empacaron sus pertenencias personales de sus escritorios, debido a la preocupación de ser despedidos. No obstante, Patel aseguró a los legisladores que ningún trabajador de la agencia será destituido por represalias políticas.
En una nota enviada el pasado sábado, la Asociación de Agentes pidió a sus miembros que no renunciaran. Asimismo, el organismo explicó en una carta al Congreso que las acciones del Departamento de Justicia, que supervisa al FBI, podrían crear “distracciones peligrosas“, además de que poner en riesgo las investigaciones de la agencia.