Riad. Cuatro horas y media fue la duración de la primera reunión de alto nivel en años entre Rusia y Estados Unidos, que este martes dieron pasos firmes en Arabia Saudí para normalizar sus relaciones, acabar con sus tensiones, y también iniciar conversaciones sobre el fin de la guerra en Ucrania.

En medio de una gran expectación, Riad se convirtió en el escenario de una esperada primera toma de contacto entre los pesos pesados de las administraciones de Donald Trump y Vladímir Putin, unas delegaciones que fueron encabezadas por los jefes de la diplomacia de Estados Unidos, Marco Rubio, y de Rusia, Serguéi Lavrov.

El encuentro fue valorado por ambas partes de “positivo” y se centró en analizar las vías para levantar las “barreras artificiales” en las relaciones diplomáticas entre ambos países y nombrar embajadores, algo que fue calificado por Lavrov como “el primer y más urgente acuerdo” alcanzado durante la reunión.

Una nueva etapa

El objetivo de estas negociaciones, explicó el ruso, es “poner fin, de una vez por todas, a estas dificultades que realmente entorpecen el desarrollo normal” de las relaciones entre las dos superpotencias. Así, acusó a la Administración del presidente estadounidense Joe Biden de obstaculizar “significativamente” el trabajo de las legaciones diplomáticas rusas “con expulsiones interminables” de sus diplomáticos a las que Moscú se veía “obligado a responder”. A ello sumó el problema del arresto de inmuebles diplomáticos rusos que comenzó durante la presidencia del demócrata Barack Obama y la limitación a las transferencias bancarias de las legaciones diplomáticas rusas.

De esta forma, Lavrov explicó el que era hasta ahora el estado de las relaciones entre Rusia y Estados Unidos, que comenzaron a deteriorarse tras la anexión de la península ucraniana de Crimea en 2014 y prácticamente cesaron tras la intensificación de la guerra en Ucrania en 2022.

Esta fue la primera reunión entre un ministro de Exteriores ruso y un secretario de Estado de EE.UU. desde la mantenida en enero de 2022, un mes antes del inicio de la guerra, entre Lavrov y su homólogo Antony Blinken.

Por su parte, el portavoz del departamento de Estado estadounidense, Tammy Bruce, dijo en un comunicado que Rubio y Lavrov acordaron también “poner las bases para cooperación futura en asuntos de interés geopolítico mutuo y en las oportunidades económicas y de inversiones históricas que emergerán del fin exitoso del conflicto en Ucrania”.

Negociaciones sobre Ucrania

El fin de la guerra de Ucrania, una de las principales promesas de Trump durante su campaña electoral, fue otro de los puntos a tratar, aunque de una forma todavía muy ponderada.

Hasta el momento, los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y Rusia acordaron comenzar a trabajar en un plan “lo antes posible” para poner fin la guerra en Ucrania con el establecimiento de equipos negociadores de alto nivel.

“El presidente Trump quiere poner fin a las muertes; Estados Unidos quiere la paz y está usando su fuerza para que los países se unan. El presidente Trump es el único líder en el mundo que puede conseguir que Ucrania y Rusia se pongan de acuerdo en eso”, aseguró Bruce en el comunicado.

Según dijo Rubio, el equipo estadounidense tendrá la misión de “ayudar a negociar y llevar a cabo el trabajo hasta el final del conflicto en Ucrania de una manera que sea duradera y aceptable para todas las partes involucradas”.

Zelenski insiste en despliegue de tropas

Ankara. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha insistido este martes en que un acuerdo de paz con Rusia necesitaría el despliegue de tropas extranjeras en Ucrania como medida de garantía, si se confirma que no puede adherirse a la OTAN.

“¿Quién ofrecerá las garantías de seguridad? Es necesario para evitar que esta horrible guerra se repita. No es que tengamos miedo al ejército ruso, pero toda guerra causará mayores pérdidas”, dijo Zelenski en una rueda de prensa conjunta con su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan. “Por eso, las garantías de ciertos países son importantes. La Unión Europea o Estados Unidos podrían habernos dado la esperanza de ser miembro de la OTAN, pero no veo a Estados Unidos, ni a algunos de sus interlocutores europeos, a favor de que seamos miembros. Esto quiere decir que están en sintonía con los deseos de política exterior de Rusia”, expuso el presidente.

Erdogan subrayó varias veces el apoyo de Turquía a la soberanía e integridad territorial de Ucrania como fundamentales para un acuerdo de paz y recordó el papel de Ankara como mediador en el acuerdo del cereal de 2022. “Nuestro país será un anfitrión ideal para posibles conversaciones”.

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