Decenas de personas, entre ellas familiares de víctimas de los bombardeos en la Franja de Gaza, se apostaron el pasado sábado en el Parque Colón de la Zona Colonial, para pedir un alto al fuego en el conflicto que cobrado la vida de miles de personas.
La manifestación fue convocada por el Movimiento Dominicano de Solidaridad con Palestina, con el apoyo de diversas organizaciones sociales y religiosas que expresaron su apoyo al pueblo palestino y su rechazo a la violencia.
Los manifestantes exigieron al Estado dominicano hacer todo lo posible para detener el genocidio, en cumplimiento con sus obligaciones internacionales, incluyendo sumarse a la demanda de Sudáfrica ante la Corte Internacional de Justicia y romper relaciones diplomáticas y comerciales con Israel.
Ondeando banderas de Palestina, pañuelos y carteles, la multitud que se congregó en el parque de la ciudad colonial, afirmó que el objetivo de la manifestación era “denunciar el ataque desproporcionado e indiscriminado de Israel sobre Gaza”. También se leyeron poemas y se compartió testimonios de palestinos que viven en el país o que tienen familiares en Gaza.
Expresaron que los ataques hacia Palestina viola el derecho internacional humanitario y los derechos humanos del pueblo palestino.
Los organizadores afirmaron que se trata de una cuestión de derechos humanos y no de religión, y que la causa palestina es la causa de todos los pueblos oprimidos y explotados del mundo.
La actividad se realizó en el marco de las celebraciones del Día de las Madres, en solidaridad con todas las madres e hijos inocentes que han sido víctimas de este genocidio.
Los manifestantes recordaron que hasta abril de 2024 había 17,000 niños huérfanos en Gaza, que cada día 180 mujeres dan a luz sin anestesia ni medicamentos para el dolor, que el 95% de las embarazadas y madres lactantes están en riesgo de desnutrición y que cientos de recién nacidos mueren por desnutrición.
Explicaron que durante este conflicto han resultado asesinadas a más de 36,000 personas, casi en su totalidad civiles, incluyendo más de 15,000 niños.
Informaron que actualmente hay un desplazamiento interno de 85% de la población y un estado de hambruna, debido a la privación deliberada de alimentos, aguas, atención médica y ayuda humanitaria.